martes, 2 de julio de 2024

3 de julio.- LA VIRGEN LO LIBRA DE MORIR BAJO TIERRA. MES DE JULIO EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN

 


3 de julio

LA VIRGEN LO LIBRA DE MORIR BAJO TIERRA

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

MES DE JULIO EN HONOR

A LA VIRGEN DEL CARMEN

 

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

3 Avemarías

3 de julio

LA VIRGEN LO LIBRA DE MORIR BAJO TIERRA

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

Relación hecha por Sebastián Marín Zapata, vecino de Manizales, de 65 años de edad, sobre un hecho prodigioso que en su favor hizo la Santísima Virgen del Carmen a fines del año 1950, librándole de la muerte.

Estando trabajando en el municipio de Manizales, cavando una zanja para la tubería del alcantarillado de la población, en una profundidad de seis metros, de improviso ocurrió un derrumbe de tierra y piedras, quedando sepultado en el alud. Aunque había una cuadrilla de trabajadores en el tajo, solamente tres estaban en la zanja, pero únicamente fue alcanzado por la tierra el declarante. La brecha tenía un metro y medio. La tierra le cubrió completamente, de manera que vinieron a caer sobre él varias toneladas de tierra.

Al sentirse sepultado, invocó a la Santísima Virgen del Carmen, cuyo Escapulario llevaba, y trató de hacer fuerza por ver si podía librarse de la tierra que tenía encima y salir del peligro; en ese forcejeo para tratar de salir, que duró muy poco, perdió el sentido y conocimiento.

Así, sepultado por los escombros del derrumbe, permaneció quince minutos. Según le dijeron a él, después de un cuarto de hora exacto, le descubrieron la cabeza. Entonces le quisieron dar agua, pero tenía la boca y las narices llenas de tierra. Los bomberos le llevaron a la Clínica de la Presentación, donde a la hora y treinta minutos recuperó el conocimiento.

Ante favor tan portentoso, Sebatián Marín no se cansa de dar gracias a la Santísima Virgen del Carmen y recomienda a todos sean muy devotos de la Celestial Señora, seguros de que siempre y en todas partes recibirán su protección maternal.

 

Oración final para todos los días

Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

***

Querido hermano comparte esta devoción con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.

***

Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO Y DE JUAN. MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO Y DE JUAN.

MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO Y DE JUAN.

 

1.-Vio Jesús a dos hermanos, Simón y Andrés, y les dice: Venid en pos de Mí, y hare que seáis pescadores de hombres (1). ¿A quiénes llama? ¿De dónde? ¿Para qué? Llama a unos rudos y simples, porque siempre le agradó la humildad, y es la mejor disposición para recibir las gracias. Llama a los que son hermanos. Sobre lo cual dice el Pelusiota (2): Quiso dar a entender, quería que sus Discípulos se uniesen con amor fraterno. Tales deben ser los que ganan las almas. Tú ¿cómo te has en esto? Llama del mar, y de una ocupación sin lustre. También a ti te llamó del mar del mundo, en donde tendías las redes de tus concupiscencias para pescar cosas terrenas. Reconoce ahora esta gracia, etc. Llama en pos de sí, para que siguiéndole, a la vista le tengas siempre, para que le mires y sigas sus pisadas y pesques hombres con igual celo. Pondera la dignidad de este cargo, y tu indignidad para él. Mas ¿cómo lo ejerces?

2.- Ellos luego al punto, dejando las redes le siguieron (3). Esta prontitud de obediencia reprende tu repugnancia y desidia en ella. Deja las redes. Las redes, que te estorban el seguir a Jesús, son las familiaridades del siglo, los negocios, ajenos de tu vocación y de tu estado, las aficiones malas. Si a Jesús quieres seguir, debes dejar las cosas que son ajenas de Jesús.

3.- Vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, que estaban en el barco remendando las redes, y los llamó. Y ellos al punto dejando las redes y al padre, le siguieron (4). También aquí dice la Glosa: Aprobó la unidad del amor fraterno. San Bernardo (5) dice: A ciegas, sin dudas ni juicios, nada solícitos de lo que habían de vivir, le siguen sin tardanza alguna. Y fue más ciega esta obediencia que la de los primeros, porque no se les dice el cargo a que los llama. Fuera de esto vencen el amor carnal que al padre tenían. Repara tú, ¿obedeces así tan ciegamente, con tal prontitud y desnudándote de otro cualquier amor?

 

(1) Matth., 4. (2) L.1, Ep. 9. (3) Matth., 4. (4) Ibid.

(5) Ser. 2 de S. Andr.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

3 de julio. SAN BELTRÁN y MEDITACIÓN SOBRE LOS MISTERIOS DE LA VIDA HUMANA

3 de julio
SAN BELTRÁN, Obispo
y Confesor

Vivid con temor durante el
tiempo de vuestra peregrinación.
(1 Pedro, 1, 17).

Formado en la virtud por San Germán, obispo de París, que lo hizo su arcediano, San Beltrán llegó a ser obispo de Mans en el año 587. Condujo a su pueblo a las buenas obras y, por prudencia, logró se evitara una guerra con los bretones. Fundó el primer hospicio para ciegos conocido en Occidente y asistió al primer concilio plenario de Francia, en París, el año 614. Murió el 30 de junio del año 623, según se cree, después de haber legado grandes bienes a las iglesias y a los monasterios.

MEDITACIÓN SOBRE LOS MISTERIOS DE LA VIDA HUMANA

I. Estamos en este mundo como en lugar de destierro. Si pensásemos en esta verdad despreciaríamos la tierra que debemos abandonar un día; suspiraríamos por el cielo al que pronto debemos ir. ¡Ah! ¡Cuán largo es el tiempo de mi exilio! -exclamaba David- y San Pablo decía: Deseo la muerte para estar con Jesucristo. Y nosotros amamos este exilio en el que tantos enemigos nos persiguen, en el que tantas penas nos acosan. Amontonamos tesoros, pero para nuestros herederos. Piensan en lo que dejan detrás de ellos y no en lo que envían delante. (San Pedro Crisólogo).

II. Los peligros continuos que nos rodean en este lugar de destierro deben hacernos temblar. Durante toda nuestra vida, siempre estamos expuestos a ofender a Dios; por virtuoso que seas, puedes hacerte el más malo de todos los hombres. Ni siquiera sabes, al presente, si eres digno de odio o de amor por parte de Dios. Humíllate, pues, y trabaja en tu salvación con temor y temblor.

III. Ignoras cuál será tu fin, no sabes ni la hora, ni el lugar, ni el género de tu muerte, y, lo que es más tremendo, no sabes si eres del número de los predestinados; no lo sabrás hasta después de haber oído la sentencia de la boca del Juez soberano. ¿Cómo meditar estas verdades sin sobrecogerse de espanto? Lloremos y reguemos con nuestras lágrimas esta triste morada pasajera, a fin de terminar con una muerte santa una vida llena de buenas obras. ¡Infortunados! ¡Nuestra vida es un exilio, nuestra salvación un peligro, nuestro fin una incertidumbre!

La limosna
Orad por los pobres.

ORACIÓN

Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Beltrán, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.

PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR. Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino

 


2 de julio

Visitación de la Virgen María

 

Comentarios al Evangelio

de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino

 

Lucas 2, 39-45     Y en aquellos días, levantándose María, fue con prisa a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel. Y aconteció que cuando Isabel oyó la salutación de María, la criatura dio saltos en el vientre. Y fue llena Isabel del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz y dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y de dónde esto a mí, que la Madre de mi Señor venga a mí? Porque he aquí luego que llegó la voz de la salutación a mis oídos, la criatura dio saltos de gozo en mi vientre. Y bienaventurada la que creíste, porque cumplido será lo que fue dicho de parte del Señor". (vv. 39-45)
 

San Ambrosio

Habiendo el ángel anunciado cosas ocultas para confirmar la fe con su ejemplo, anunció a la Virgen la concepción de una mujer estéril. Cuando María oyó esto, no como incrédula del oráculo, ni como incierta del mensajero, ni como dudando del ejemplo, sino como alegre del voto, religiosa por su oficio y transportada de gozo, se dirigió hacia las montañas. De donde sigue: "Levantándose María en aquellos días, se fue a las montañas". Llena ya de Dios ¿dónde había de ir con presteza sino hacia las alturas?
 

Orígenes

Jesús, que estaba en su seno, se apresuraba para santificar a Juan, encerrado aún en el vientre de su madre. Por lo que sigue: "Con premura", etc.
 

San Ambrosio

La gracia del Espíritu Santo no conoce dilaciones. Aprended, oh vírgenes, a no deteneros en las plazas, a no mezclaros en público en conversaciones.
 

Teofilacto

Por esto se fue a las montañas, porque Zacarías habitaba en las montañas. De donde sigue: "En una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías".
 

San Ambrosio

Aprended, santas mujeres, los cuidados que debéis prestar a vuestras parientas embarazadas. María, pues, que antes estaba sola en el mayor recogimiento, no fue detenida lejos del público por su pudor. La aspereza de las montañas no arredró su celo, ni lo largo del camino retardó sus servicios. Aprended también, vírgenes, de la humildad de María. Viene la cercana a la próxima, la más joven a la más anciana. Y no sólo viene, sino que también saludó la primera, por lo que sigue: "Y saludó a Isabel". Conviene, pues, que cuanto más casta sea una virgen, más humilde sea y deferente para los superiores en edad. Debe ser maestra en humildad la que profesa la castidad. Hay también una causa de piedad, porque el superior viene al inferior para asistirlo. María viene a Isabel, Cristo a Juan.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Mathaeum, 4

O de otro modo, la Virgen ocultaba en el fondo de su corazón lo que se le había dicho y no lo descubrió a nadie, porque no creía que prestasen asentimiento a relatos admirables. Antes al contrario, creía que si hablaba recibiría ultrajes como si ocultase un crimen propio.
 

Griego

Por esto va a refugiarse -o mejor dicho recurre- sólo a Isabel. Así estaba acostumbrada, tanto por el parentesco y por conformidad de sus costumbres.
 

San Ambrosio

Pronto se declaran los beneficios de la venida de María y la presencia del Señor, pues sigue: "Y cuando Isabel oyó la salutación de María, la criatura dio saltos". Advierte en esto la diferencia y la conformidad de una y otras palabras. Isabel oyó la voz primero y San Juan recibió primero la gracia. Ella oyó según el orden de la naturaleza y éste saltó de gozo por razón del misterio. Aquélla sintió la venida de María, éste la venida del Señor.
 

Griego

El profeta ve y oye mejor que su madre y saluda al Príncipe de los profetas. Mas no pudiendo con palabras, lo saluda en el vientre -lo cual constituye la cúspide de la alegría-. ¿Quién ha tenido noticias alguna vez de que alguien haya saltado de gozo antes de nacer? La gracia insinuó cosas que eran desconocidas a la naturaleza. El soldado, encerrado en el vientre, conoció al Señor y al Rey que había de nacer, sin que el velo del vientre obstaculizase la mística visión. Por tanto, vio, no con los ojos de la carne sino con los del espíritu.
 

Orígenes

No había sido lleno del Espíritu Santo hasta que la que llevaba a Jesucristo en su vientre se presentó delante de él. Entonces fue cuando -lleno del Espíritu Santo- saltaba de gozo dentro de su madre. Y prosigue: "Y fue llena Isabel del Espíritu Santo". No hay que dudar, pues, que la que entonces fue llena del Espíritu Santo, lo fue por su hijo.
 

San Ambrosio

Aquella que se había ocultado, porque había concebido un hijo, empezó a manifestarse porque llevaba en su vientre un profeta. Y la que antes se avergonzaba, ahora bendice. Por tanto, prosigue: "Y exclamó en alta voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres". Exclamó en alta voz cuando advirtió la venida del Salvador, porque creyó que su parto debía ser misterioso.
 

Orígenes

Dice, pues: "Bendita tú entre las mujeres". Ninguna fue jamás tan colmada de gracia, ni podía serlo, porque sólo ella es Madre de un fruto divino.
 

Beda

Fue bendecida por Isabel del mismo modo que lo había sido por el arcángel, para que se mostrase digna de la veneración a los ángeles y a los hombres.
 

Teofilacto

Pero como había habido otras mujeres santas que habían engendrado hijos manchados por el pecado, añade: "Y bendito el fruto de tu vientre". O de otro modo, había dicho: "Bendita tú entre las mujeres". Y como si alguien le preguntase el porqué, añadió la causa: "Y bendito el fruto de tu vientre,...". Así como se dice en el Salmo 117 ( Sal 117,26-27): "Bendito el Señor Dios, que viene en nombre del Señor, y nos iluminó". Acostumbraba la Sagrada Escritura tomar la palabra y en el sentido y lugar de la palabra porque.
 

Orígenes

Llamó al Señor fruto del vientre de la Madre de Dios porque no procedió de varón, sino sólo de María, pues los que tomaron la sustancia de sus padres, fruto son de ellos.
 

Griego

Sólo este fruto es bendito, porque se produce sin varón y sin pecado.
 

Beda

Este es el fruto que se prometió a David: "Pondré sobre tu trono un fruto de tu vientre" ( Sal 131,11).
 

Severo de Antioquía

De este pasaje -en el cual se afirma que Cristo es fruto del vientre- surge una refutación de Eutiques. En efecto, todo fruto es de la misma naturaleza que la planta de donde procede. De donde se deduce que la Virgen es de la misma naturaleza que el segundo Adán, que quita los pecados del mundo. Y aun aquellos que dicen que es fantástica apariencia la carne de Cristo, quedan confundidos con el verdadero parto de la Madre de Dios; porque el mismo fruto nace de la misma sustancia del árbol. ¿Dónde están también aquellos que dicen que Jesucristo ha pasado por la Virgen como por un acueducto? Noten en las palabras de Isabel, a quien llenó el Espíritu Santo, que Jesucristo fue fruto del vientre.

Prosigue: "¿Y de dónde esto a mí, que la Madre de mi Señor venga a mí?"
 

San Ambrosio

No dice esto como ignorando pues sabe que por gracia y operación del Espíritu Santo, la Madre del Señor saluda a la madre del profeta para provecho de su hijo. Y para que conste que esto no sucede en virtud de mérito humano, sino del don de la gracia divina, dice así: "¿De dónde esto a mí?", esto es: ¿Con qué jactancia, en virtud de qué acciones, por cuáles méritos?
 

Orígenes

Diciendo esto está conforme con su hijo; porque también San Juan se considera indigno de la venida de Jesucristo a él. Llama Madre del Señor a la que todavía es Virgen, vaticinando así la realización de lo que se le había anunciado. La provisión de Dios -o sea su providencia- había llevado a María a casa de Isabel para que el testimonio de San Juan llegase desde el vientre al Señor. Y desde aquel momento el Señor constituyó a San Juan en profeta suyo. Por lo cual sigue: "Porque he aquí, luego que llegó la voz de tu salutación a mis oídos".
 

San Agustín, epistola, 57

Para decir esto, como antes declara el evangelista, fue llena del Espíritu Santo, el cual sin duda se lo reveló, y por ello conoció lo que significaba aquel salto del niño; esto es, que había venido la Madre de Aquel de quien él era precursor y el futuro manifestador. La significación de un asunto de tanta importancia pudo ser conocido por personas mayores, no por un niño. Pues no dijo: "Saltó de fe el niño en mi vientre", sino "Saltó de gozo". Pues vemos que el salto no sólo es propio de los niños, sino también de los corderos, cuyos saltos no proceden de alguna fe, ni de la religión, ni de ningún otro conocimiento racional. Pero este saltar es nuevo e inusitado, porque tiene lugar en el vientre, y a la venida de Aquella que había de dar a luz al Salvador de todos. Por tanto, este saltar y -por decirlo así- este saludo dado a la Madre del Señor -como suelen hacerse los milagros-, se hizo divinamente en el niño y no naturalmente por el niño. Aun cuando el uso de la razón y de la voluntad hubiera sido tan precoz en el niño, que desde el seno de su madre hubiese podido conocer, creer y sentir, también esto debe considerarse como obra del divino poder y uno de sus milagros, pero nunca como obra de la naturaleza humana.
 

Orígenes

Había venido la Madre del Señor a visitar a Santa Isabel para ver la concepción milagrosa que el ángel le había anunciado, para que de ello se siguiese la credulidad respecto del fruto más excelente que habría de nacer de la Virgen. Y refiriéndose a esta fe, habla Santa Isabel, diciendo: "Y bienaventurada la que creíste, porque cumplido será lo que te fue dicho de parte del Señor".
 

San Ambrosio

Ved que María no dudó sino que creyó, por lo cual consiguió el fruto de la fe.
 

Beda

Y no debe llamar la atención que el Señor -que había de redimir al mundo- empezase su obra por su propia Madre, a fin de que aquella, por la que se preparaba la salvación a todos, recibiese en prenda -la primera- el fruto de salvación.
 

San Ambrosio

Pero también vosotros sois bienaventurados, porque habéis oído y creído. Cualquier alma que cree, concibe y engendra al Verbo de Dios y conoce sus obras.
 

Beda

Todo el que concibe al Verbo de Dios en su inteligencia, sube al punto por la senda del amor a la más alta cumbre de las virtudes, puesto que puede penetrar en la ciudad de Judá -esto es, en el alcázar de la confesión y de la alabanza- y hasta permanecer en la perfección de la fe, de la esperanza y de la caridad "como tres meses" en ella.
 

San Gregorio Magno, super. Ezech., 1,8

Fue ilustrada por el espíritu de profecía acerca de lo pasado, lo presente y lo futuro, que conoció que aquélla había creído en las promesas del ángel. Y llamándola Madre, comprendió que llevaba en su vientre al Redentor del género humano. Y prediciendo las cosas que habían de suceder, vio también lo que se seguiría en lo futuro.

               

46     Y dijo María: "Mi alma engrandece al Señor". (v. 46)
 

San Ambrosio

Así como el pecado empezó por las mujeres, así también las cosas buenas deben empezarse por las mujeres; así, no parece ocioso que Isabel vaticine antes que Juan, y María antes del nacimiento del Señor. Además, siendo María más excelsa, su profecía es más plena.
 

San Basilio, in Psalmo, 33

La Santísima Virgen, considerando la inmensidad del misterio, con intención sublime, y con un fin muy alto y como avanzando en sus profundidades, engrandece al Señor. Por esto prosigue: "Y dijo María: Mi alma engrandece al Señor".
 

Griego

Como si dijese: Las maravillas que Dios pronunció, las cumplirá en mi cuerpo; pero mi alma no será infructuosa delante de Dios. Yo debo aportar el fruto de mi voluntad, porque cuanto mayor es el milagro con que soy honrada, tanto mayor es la obligación que tengo de honrar a Aquel que en mí obra cosas tan admirables.
 

Orígenes

Si Dios no puede recibir ni aumento ni detrimento ¿cómo es que dice María: "Mi alma engrandece al Señor"? Mas si considero que el Señor Salvador es imagen del Dios invisible, y que el alma fue hecha a su imagen, para que sea imagen de la imagen, entonces será como a imitación de aquellos que suelen pintar imágenes; cuando engrandeciere mi alma con el pensamiento, palabras y obras, la imagen de Dios se hace grande y el mismo Señor -cuya imagen está en mi alma- se engrandece.

               

47     "Y mi espíritu se regocijó en Dios mi Salvador". (v. 47)
 

San Basilio, in Psalmo. 33

Los primeros frutos del Espíritu Santo son la paz y la alegría. Y como la Santísima Virgen había reunido en sí toda la gracia del Espíritu Santo, con razón añade: "Y mi espíritu se regocijó". En el mismo sentido dice alma y espíritu. La palabra exaltación -de tanto uso en las Sagradas Escrituras- insinúa cierto hábito o estado del alma -alegre y feliz- en aquellos que son dignos de él. Por eso la Virgen se regocija en el Señor con inefable latir del corazón y transporte de gozo en la agitación de un afecto honesto. Sigue: "En Dios mi Salvador".
 

Beda

Porque el espíritu de la Virgen se alegra de la divinidad eterna del mismo Jesús -esto es, del Salvador-, cuya carne es engendrada por una concepción temporal.
 

San Ambrosio

El alma de María en verdad que engrandece al Señor, y su espíritu se regocija en Dios; porque consagrada en alma, espíritu y cuerpo al Padre y al Hijo, venera con piadoso afecto a un solo Dios, de quien son todas las cosas. Que el alma de María esté en todas las cosas para engrandecer al Señor; que el espíritu de María esté en todas las cosas para regocijarse en el Señor. Si según la carne una sola es la Madre de Cristo, según la fe el fruto de todos es Cristo. Porque toda alma concibe el Verbo de Dios, si, inmaculada y exenta de vicios, guarda su castidad con pudor inviolable.
 

Teofilacto

Engrandece al Señor aquel que sigue dignamente a Jesucristo, y mientras se llama cristiano, no ofende la dignidad de Cristo, sino que practica obras grandes y celestiales; entonces, se regocijará el espíritu -esto es, el crisma espiritual-, o lo que es lo mismo, adelantará y no será mortificado.
 

San Basilio, in Psalmo, 33

Si cuando la luz penetrare en tu corazón percibieres -por aquella oscura y breve imagen- la constancia de los justos en amar a Dios y en despreciar las cosas corporales, sin dificultad alguna conseguirías gozo en el Señor.
 

Orígenes

Primero el alma engrandece al Señor, para después alegrarse en Dios. Pues si antes no creemos, no podemos alegrarnos.