DÍA 4. NOVENA EN HONOR A JESUCRISTO,
REY DEL UNIVERSO
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Dios mío y Padre mío, que sois infinitamente bueno, os amo con todo mi corazón, y por lo mucho que os amo, me pesa de haberos ofendido.
Omnipotente y sempiterno Dios, que quisisteis restaurar en vuestro querido Hijo, Rey del Universo, todas las cosas, concédenos que todas las familias de las naciones disgregadas por la herida del pecado se sometan a su suavísimo imperio. Que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
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"Desprecióle Herodes con todo su ejército y vistiéndole una ropa blanca, se burló y le remitió a Pilatos.". ¡Oh Jesús divino Rey nuestro!, cuán grande ha de ser nuestro amor hacia Ti, que por el nuestro quisiste ser burlado y tenido por loco, y en verdad, Jesús mío, locura de amor parece, el que la grandeza de Dios se encierre en el cuerpecillo de un Niño, que el poder de Dios esté sujeto con clavos, que este mismo Dios y Hombre se esconda en una pequeña Hostia, y enamorado venga buscando la intimidad de nuestros corazones, para tener en ellos sus delicias; Jesús amante y bueno, que el fuego de tu amor nos convierta también en pequeñas hostias, que escondidas en tu Corazón se pierdan a todas las miradas, para que Tú seas conocido y amado.
Obsequio. Huir de todo lo que me pueda hacer apreciar.
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PARA FINALIZAR CADA DÍA
+Pídase la gracia que se desea alcanzar en esta novena.
(breve silencio)
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
INVOCACIONES FINALES
Eterno Padre, derrama tus misericordias sobre toda la tierra, reino de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Oh Cristo Rey!, establece tu paz en tu reino. Amén.
Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.
Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, todo misericordia, con tus hijos, todo miseria. Amén.
San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925 para ser celebrada solemnemente el último domingo del mes de octubre. La Iglesia del Salvador está dedicada a la liturgia romana según las rúbricas de 1962 en la que la fiesta mantiene su fecha de celebración original.
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