miércoles, 31 de marzo de 2021

ORACIÓN DEVOTÍSIMA AL BENDITO PATRIARCA SAN JOSÉ. San Enrique de Ossó

ORACIÓN DEVOTÍSIMA

AL BENDITO PATRIARCA SAN JOSÉ

Bendito sois entre todos los santos, glorioso padre y señor mío san José; bendito entre todos los justos en vuestra alma y cuerpo. , santo mío, bendito sois en vuestra alma, pues fue santificada y justificada más que la de todos los otros justos para ser digno esposo de María Madre de Dios, y digno padre adoptivo de Jesús Hijo de Dios. ¡Bendito sois en vuestro virginal cuerpo, pues fue altar vivo de la Divinidad, en donde reposó la Hostia inmaculada que rescató al mundo! ¡Benditos vuestros ojos hermosísimos y amorosísimos, que vieron al Deseado de las gentes! ¡Benditos vuestros purísimos labios, que besaron con regalado amor el rosto del Niño Dios, ante quien tiemblan los cielos y cubren su rostro los serafines! ¡Benditos vuestros santísimos oídos, que oyeron de la boca de Cristo el regalado nombre de Padre! ¡Bendita vuestra dulcísima lengua, que tantas veces conversó familiarmente con la Sabiduría eterna! ¡Benditas vuestras manos esforzadas, que tanto trabajaron por sustentar al Criador de cielos y tierra! ¡Bendito vuestro rostro agraciado que tantas veces se cubrió de sudor para alimentar al que alimenta a las avecillas del cielo! ¡Bendito vuestro esbelto cuello, al que tantas veces se colgó con sus manecitas y tocó y estrechó el Niño Jesús con regalado cariño! ¡Benditos vuestros robustos brazos, que estrecharon y sostuvieron al que sustenta con tres dedos la mole del universo! ¡Bendito vuestro pecho florido y enamorado, en el que tantas veces reclinó la cabeza y descansó el Descanso de todos los hombres! ¡Benditos pies y benditos miembros santificados con tantos viajes y fatigas emprendidos por salvar al Salvador del mundo! ¡Oh santo mío de mi corazón! ¡Cuánto me alegro de vuestras excelencias y bendiciones! Mas acordaos, santo mío, que bendiciones y gracias tantas las debéis en gran parte a los pobrecitos pecadores, pues si no hubiésemos pecado, no se hubiera hecho Dios niño y padecido por nuestro amor, y por lo mismo no lo hubierais vos alimentado y conservado con tantos sudores y fatigas. No se diga de vos, ¡oh excelso patriarca!, que en la exaltación os olvidéis de vuestros hermanos y compañeros de infortunio. Dadnos, pues, una mirada compasiva desde ese excelso y encumbrado trono de gloria. Miradnos siempre con amorosos y piadosos ojos, ¡oh benditísimo san José! Contemplad y visitad a nuestras almas, tan rodeadas de enemigos y tan queridas de vos y de vuestro hijito Jesús, que murió por salvarlas: perfeccionadlas, amparadlas, bendecidlas, a fin de que todos vuestros devotos vivamos en justicia, muramos en gracia y gocemos de la gloria eterna en vuestra compañía. Amén. 

Jesús, José, Teresa y María, os doy el corazón y el alma mía.