martes, 30 de marzo de 2021

DIOS HA HECHO TODO ESTO PARA MOSTRARNOS CUANTO NOS AMA. San Alfonso María de Ligorio


 
 DIOS HA HECHO TODO ESTO PARA MOSTRARNOS CUANTO NOS AMA. 
San Alfonso María de Ligorio
¡Oh gracia! ¡Oh fuerza del amor de un Dios! continúa san Bernardo, ¿es así cómo el soberano Señor de todos los hombres viene a ser el último de todos ellos [O gratia! ó amoris vis! ita ne summus omnium imus factus est omnium?.]? ¿Y quién ha hecho esto? añade el Santo, es el amor que Dios tiene a los hombres [Quis hoc fecit? Amor.]. Dios ha hecho todo esto para mostrarnos cuánto nos ama, y para enseñarnos con su ejemplo a sufrir con paciencia los menosprecios y las injurias. Jesucristo ha padecido por vosotros, dice san Pedro, dejándoos su ejemplo, para que vosotros sigáis sus huellas [Christus passus est pro nobis, vohis relinquens exemplum, ut sequamini vestigia ejus. I Petr. 11, 21.]. Preguntado san Eleázaro por su esposa cómo hacía para sufrir con tanta resignación las injurias que se le hacían, respondió: Yo pongo la vista en Jesús menospreciado, y digo que las afrentas mías son nada en comparación de las que él, siendo Dios, ha querido sufrir por mí. ¡Ah Jesús mío! y yo ¿cómo en vista de un Dios tan deshonrado por mi amor, no podré sufrir el más pequeño menosprecio por vuestro amor? ¡Pecador y soberbio! ¿Y de dónde, divino Maestro mío, puede venirme este orgullo? ¡Ah! por los méritos de las afrentas que Vos habéis pasado por mí, dadme la gracia de que yo sufra con paciencia y con alegría las afrentas y las injurias. Yo os prometo en adelante con vuestra ayuda, de no dejarme llevar de ningún resentimiento, y de recibir con alegría todos los oprobios que puedan hacérseme. Yo, que he menospreciado a vuestra divina Majestad, y que he merecido los menosprecios del infierno, aun merecía seguramente otros mayores. Pero Vos, amabilísimo Redentor, me habéis hecho verdaderamente dulces y amables las afrentas, aceptando tantos menosprecios por mi amor. Además, propongo para agradaros, hacer todo el bien que pueda al que me menospreciare, o al menos decir bien y rogar por él. Y desde este momento os suplico colméis de gracias a todos aquellos de quienes he recibido alguna injuria. Yo os amo, bondad infinita, y quiero amaros siempre cuanto pudiere. Amen.