Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Entre
los santos que celebra hoy la Iglesia está santa Catalina de Ricci, de la
Tercera Orden Regular de Santo Domingo, que se dedicó de lleno a la
restauración de la religión y por su asidua meditación de los misterios de la
pasión de Jesucristo, tuvo abundantes experiencias místicas.
En
una de sus cartas explica el rezo del Rosario al príncipe y le dice: “deseo que su Alteza lo diga y haga que todas
sus damas lo reciten: verá cuanto consuelo hallarán”. Siguiendo su consejo,
recemos también nosotros el Rosario y pidamos a la Virgen María imitar sus
virtudes de humildad, obediencia, perseverancia en el bien, paciencia y
caridad, “ya que por nuestra fragilidad y
cobardía no podemos practicarlas como ella”.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Os
exhorto a llevar con paciencia vuestras tribulaciones y a consolaros en Jesús,
siguiéndolo por el camino que Él quiere caminar, que es el de la cruz,
ofreciéndonos su ejemplo. Y si lo seguimos voluntariamente nos invita a cargar
su yugo sobre nosotros mismos, porque este yugo es suave y su peso ligero. Por
lo tanto, querido hijo en Jesús, alegremente sigamos a Cristo con la cruz y no
dudemos de nada.”
2. La flagelación
de Jesús atado a la columna.
“No quiero
que dejéis de encontraros y de acompañar al dulce Salvador que va a pagar el
precio por nosotros, sus criaturas. ¿Y cómo debe ser nuestro acompañamiento en
este acto y misterio maravilloso? Nosotros vemos en nuestro Jesús Salvador
grandísima obediencia, profunda humildad, máxima paciencia e infinito amor.”
3. La
coronación de espinas
“«¡Pensad
cuánto ha sufrido por vosotros! Y todo esto lo ha hecho por el gran amor que
tiene hacia sus criaturas; por esto nosotros debemos ejercitarnos en amarlo aún
más. ¡Considerad tanto amor! Y rezad por mí, para que lo conozca aún más.”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“¿Qué
quieres que yo haga? –Respondió Jesús: Quiero que tú me sigas y que no te
apartes de mí, y Yo jamás me apartaré de ti, y te voy a dar la vida eterna.
-¡Oh Amado mío, hazme ahogarme en tu Sangre para que yo deje de ocuparme de mí
misma y pueda seguirte!”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“En
su acerba Pasión y muerte encontramos un motivo eficacísimo para decidirnos a
sufrir por su amor aquello que le complace darnos para conformarnos a Él.”