jueves, 22 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL CORAZÓN DE JESÚS (22)



 
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)

Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

22. EL SACRIFICIO DE JESUCRISTO, Y NUESTRO SACRIFICIO 
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Hay que completar lo que de nuestra parte falta a la pasión de Cristo. El sacrificio de Jesucristo, y nuestro sacrificio, son dos sacrificios igualmente necesarios, son dos sacrificios que no aplacan la Justicia divina si no van indivisiblemente unidos, porque nuestro sacrificio, si no va acompañado por el sacrificio de Cristo, es indigno de Dios; el sacrificio de Cristo si no va acompañado por nuestro sacrificio, es inútil para nosotros. Así está explicado en parte el gran misterio del dolor contenido en los órdenes presentes del universo. Así el dolor y la muerte, llagas inevitables de la naturaleza, en el estado actual, fueron transformados en un medio de perfección y de glorificación; y, por lo tanto, de consuelo y también de gozo, y de esta forma puestos nuevamente en el orden de la divina sabiduría y bondad. Por lo tanto, estamos obligados a configurarnos con la pasión de Jesucristo si queremos participar de su gloria. 

PARA FINALIZAR:
Todos juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.