ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS
DÍAS:
A
ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este
acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón
reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también
nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con
el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y
Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado
dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero
y os amo.
Os pido perdón por los que no
creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)
Jesús,
manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
22. EL SACRIFICIO DE JESUCRISTO, Y NUESTRO
SACRIFICIO
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Hay que completar lo que de nuestra parte falta a la
pasión de Cristo. El sacrificio de Jesucristo, y nuestro sacrificio, son dos
sacrificios igualmente necesarios, son dos sacrificios que no aplacan la Justicia divina si no van indivisiblemente
unidos, porque nuestro sacrificio, si no va acompañado por el sacrificio de
Cristo, es indigno de Dios; el sacrificio de Cristo si no va acompañado por
nuestro sacrificio, es inútil para nosotros. Así está explicado en parte el
gran misterio del dolor contenido en los órdenes presentes del universo. Así el
dolor y la muerte, llagas inevitables de la naturaleza, en el estado actual,
fueron transformados en un medio de perfección y de glorificación; y, por lo
tanto, de consuelo y también de gozo, y de esta forma puestos nuevamente en el
orden de la divina sabiduría y bondad. Por lo tanto, estamos obligados a
configurarnos con la pasión de Jesucristo si queremos participar de su gloria.
PARA FINALIZAR:
Todos
juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos
de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo
Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Sagrado
Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado
Corazón de María, R/. Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin
pecado concebida.