ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A
ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este
acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón
reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también
nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con
el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y
Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado
dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero
y os amo.
Os pido perdón por los que no
creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)
Jesús,
manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
15. LA EUCARISTÍA ES EL CENTRO DE TODA LA RELIGIÓN
De
los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
La
Eucaristía es el centro de toda la Religión, el compendio de las
obras divinas y, por así decir, el sumario del Verbo; por este motivo fue la
primera y esencial devoción de los cristianos; sin la tarjeta de esta devoción
uno no se puede llamar cristiano, porque le falta la cabeza, que es Cristo.
La
Eucaristía es la más saludable de todas las devociones; en ella nos está
dirigida la invitación de Cristo: “Venid a mí todos los que estais afligidos y agobiados,
y yo os aliviaré”. (Mt. 11, 28). En ella hospeda en su mesa a los pecadores,
olvida todo pecado, reviste de gracia. En ella, Cristo, como el águila que
impulsa al vuelo a sus pequeños y revolotea sobre sus pichones, despliega sus
alas sobre los justos, los recoge y los lleva sobre sus hombros y los eleva a
la magnificencia de la santidad. (Deut. 32).
Cristo en la Eucaristía crea a los
apóstoles, fortalece a los mártires para la corona del triunfo, suscita a las
vírgenes: ya que es "el sagrado banquete en el cual se toma como alimento
a Cristo, se evoca la memoria de su pasión, se llena la mente de gracia y se
nos da la prenda de la gloria futura."
PARA FINALIZAR:
Todos
juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos
de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo
Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Sagrado
Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado
Corazón de María, R/. Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin
pecado concebida.