jueves, 15 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL CORAZÓN DE JESÚS (15)


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)

Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

15. LA EUCARISTÍA ES EL CENTRO DE TODA LA RELIGIÓN
 De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
La Eucaristía es el centro de toda la Religión, el compendio de las obras divinas y, por así decir, el sumario del Verbo; por este motivo fue la primera y esencial devoción de los cristianos; sin la tarjeta de esta devoción uno no se puede llamar cristiano, porque le falta la cabeza, que es Cristo.
La Eucaristía es la más saludable de todas las devociones; en ella nos está dirigida la invitación de Cristo: “Venid a mí todos los que estais afligidos y agobiados, y yo os aliviaré”. (Mt. 11, 28). En ella hospeda en su mesa a los pecadores, olvida todo pecado, reviste de gracia. En ella, Cristo, como el águila que impulsa al vuelo a sus pequeños y revolotea sobre sus pichones, despliega sus alas sobre los justos, los recoge y los lleva sobre sus hombros y los eleva a la magnificencia de la santidad. (Deut. 32).
Cristo en la Eucaristía crea a los apóstoles, fortalece a los mártires para la corona del triunfo, suscita a las vírgenes: ya que es "el sagrado banquete en el cual se toma como alimento a Cristo, se evoca la memoria de su pasión, se llena la mente de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura."

PARA FINALIZAR:
Todos juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.