ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS
DÍAS:
A
ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este
acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón
reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también
nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con
el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y
Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado
dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero
y os amo.
Os pido perdón por los que no
creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)
Jesús,
manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
21. JESUCRISTO DICE A TODOS: HACED PENITENCIA
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
¿Qué
dice, oh queridos, el divino Maestro? Dice ante todo que Él vino para llamar a
los pecadores, o sea a todos los hombres, a hacer penitencia. Dice que el reino
de los Cielos exige fortaleza y lo conquistan sólo los fuertes. Dice: quien no
lleva su cruz y no me sigue, no puede ser mi discípulo. Dice una vez más: Hagan
penitencia. Y agrega después: Si no hacen penitencia, todos acabarán de la
misma manera.
De sus labios adorables yo no escucho, me atrevo
afirmar, más que una palabra, una enseñanza, un mandato: ¡Penitencia! Y, ¿a quién lo dice? Lo dice a todos. Sí,
Jesucristo habla a todos: a los pequeños y a los grandes, a los jóvenes y a los
ancianos, a los pobres y a los ricos, a los reyes sobre su trono, a los
religiosos en su retiro, a los sacerdotes en el ejercicio de su ministerio, a
los industriales en su comercio, a los artesanos en su taller, a todos sin
distinción de grado, de condición, de tiempo, de lugar, de edad: porque de la
penitencia que nos mantiene firmes ante la ley de Dios, nadie se puede eximir,
si no renuncia antes a su salvación eterna.
PARA FINALIZAR:
Todos
juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos
de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo
Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Sagrado
Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado
Corazón de María, R/. Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin
pecado concebida.