ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS
DÍAS:
A
ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este
acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón
reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también
nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con
el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y
Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado
dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero
y os amo.
Os pido perdón por los que no
creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)
Jesús,
manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
17. VISITAR A JESÚS SACRAMENTADO
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Un
medio eficaz para establecer y desarrollar la devoción a Jesús sacramentado, lo
hallarán, en primera instancia, en la piadosa práctica de la visita cotidiana a
Él, prisionero por amor en nuestros tabernáculos.
¡Qué hermoso es poner nuestras almas en frecuente y
familiar coloquio con Jesús, con una práctica tan saludable! ¡Bienaventurado,
exclama el profeta, aquel que habita cerca del santo tabernáculo! El Señor es
su fuerza y su luz, el remedio de todos sus males, el bálsamo para todas sus
heridas, el consuelo para cada una de sus penas. A los pies del altar el alma
se olvida del mundo, de las miserias de la vida, ya que donde está Jesús no hay
más dolor, sino alegría aún entre las más amargas tribulaciones. Éste es el
lugar en el cual el fiel, en lo secreto de su corazón, escucha voces
misteriosas y suaves, y del cual parte con el vivo deseo de volver; con aquel
santo deseo que siempre lo orienta hacia donde se halla su bien y donde atesora
fuerzas sobrenaturales.
PARA FINALIZAR:
Todos
juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos
de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo
Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Sagrado
Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado
Corazón de María, R/. Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin
pecado concebida.