domingo, 28 de junio de 2015

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA 28 de junio


MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
28 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis, vuestra, pues me redimisteis,
vuestra, pues que me sufristeis, vuestra pues que me llamasteis,
vuestra porque me esperasteis, vuestra, pues no me perdí:
 ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,  mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,  pues por vuestra me ofrecí. Amén.

MEDITACIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Haced penitencia
Hacer penitencia por nuestros propios pecados constituye para el hombre pecador el medio de obtener el perdón y de alcanzar la salvación eterna. La penitencia es condición indispensable para la santidad.
Jesús no inicia su predicación con la revelación inmediata de las sublimes verdades de la fe, sino con la invitación a purificar la mente y el corazón de cuanto pudiera impedir la fructuosa acogida de la buena nueva: “Desde entonces en adelante comenzó Jesús a predicar y a decir: Haced penitencia, porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mt 4, 17).
La penitencia es la respuesta del corazón arrepentido al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor sobrenatural de haber ofendido a Dios y el rechazo de los pecados cometidos, así como el firme propósito de no volver pecar poniendo la confianza en la ayuda del Señor.
Hemos de hacer penitencia, por nuestros pecados, por los de toda la humanidad, por alcanzar gracias y favores, para luchar contra las tentaciones…  Ayuno, oración y limosna son las formas habituales de penitencia, pero toda obra hecha con la intención de agradar a Dios se puede convertir en una obra penitencial.
Pidamos la gracia de la conversión: de volvernos cada día hacia Dios.
Hagamos un acto de reparación por la ingratitud de muchos ante la bondad de Dios.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS