lunes, 22 de junio de 2015

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA. 22 de junio

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA.
22 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos: 
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis,  vuestra, pues me redimisteis,
vuestra, pues que me sufristeis,  vuestra pues que me llamasteis,
vuestra porque me esperasteis, vuestra, pues no me perdí:
¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,  yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención, pues por vuestra me ofrecí. Amén.

REFLEXIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Rezar por los vivos y por los difuntos, y darles digna sepultura.
Jesús con su propia vida y sus enseñanzas nos ha mostrado la importancia de la oración. Cuando rezamos elevamos nuestra alma a Dios y le pedimos todo aquello que necesitamos. La oración es el trato de amistad con Aquel que sabemos que nos ama –enseña Santa Teresa.
El amor verdadero a nuestros hermanos, nos lleva a tenerlos presentes en nuestras oración y que pidamos por ellos y sus necesidades. La oración del cristiano ha de ser universal: pedir y rezar por todos, incluso por los enemigos y los que nos han hecho daño.
Entre las intenciones que hemos de tener siempre presentes es pedir por el eterno descanso de aquellos que murieron. Nuestro amor por ellos ha de manifestarse en la oración de sufragio por su eterno descanso. La mejor oración que podemos aplicar por ellos es la Santa Misa. 
El cuerpo, santificado por el don del Espíritu Santo que habita en nosotros, merece todo respeto incluso después de la muerte. Los cristianos siempre han enterrado dignamente los cuerpos de sus hermanos. Los cementerios son “campos santos” – “dormitorios” donde nuestros hermanos espera la resurrección final. 
Pidamos la gracia de ser hombres y mujeres de oración.
Hagamos un acto de reparación por aquellos cristianos que no rezan, por aquellos que se olvidan de sus difuntos, por aquellos que profanan los cementerios o no guardan el debido respeto en ellos. También pidamos perdón por aquellos cristianos que, faltando a las normas de la Iglesia, no dan sepultura a las  cenizas de sus seres queridos, arrojándolas en lugares impropios.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS