lunes, 2 de diciembre de 2024

PROFETIZA LA DESOLACIÓN. MARTES DE LA VIGESIMOCTAVA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


PROFETIZA LA DESOLACIÓN.

MARTES DE LA VIGESIMOCTAVA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MARTES DE LA VIGESIMOCTAVA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

PROFETIZA LA DESOLACIÓN.

 

1.- Cuando viéreis estar la abominación de la desolación en el lugar santo del templo de Jerusalén destruido, el que lee esto, entiéndalo (1). Entiende que tú eres templo de Dios, a quien amenaza la desolación por la muerte. Se disolverá por cierto este templo. Mira lo que debes hacer antes para evitar todo peligro. En vano querrás entonces cuando no podrás. Los que están en Judea huyan a los montes. Estas en el pueblo escogido: para estar seguro entonces, huye ahora al monte, que es Cristo, para que así le imites. El que está en el techo de una virtud sublime, no se baje a las cosas ínfimas, y aun viles de los seglares. Dice san Hilario: El que está en el campo de Cristo no vuelva jamás a tomar la túnica de la vida vieja ¡Qué seguro estarás entonces, si hicieres ahora estas cosas!

2.- ¡Ay de las que estuvieren preñadas en aquellos días (2)! insta siempre aquel último día, y acaso es este, de hoy. ¡Ay de ti, si hasta aquel día estas cargado y lleno de buenos deseos, y no los das a luz en las obras! Todo el bien que ahora concibes, lo has de dar luego a luz en la obra, porque entonces no habrá tiempo. Orad, pues, para que no se haga vuestra fatiga en el invierno. Procura que no te venga la muerte cuando estas frío en el servicio divino, o en sábado, cuando estás dado a diversiones y placeres, o vives en ocio y flojedad. Todo esto debes procurar evitar en toda hora; pues ninguna carece de peligro.

3.- Porque habrá entonces una tribulación grande, cual no hubo desde el principio del mundo (3). Entiende para los desproveídos y los tibios, que dilataron para aquel tiempo el hacer lo que ya no es hacedero ni posible. Sera atormentado el cuerpo con la última lucha, pero mucho más la conciencia. Con más viveza aprenderás entonces el bien y el mal. Hallarás que tu carga es mayor que jamás habías pensado, etc. Para evitar, pues tal tribulación, haz ahora lo que entonces quisieras haber hecho, guárdate ahora de lo que entonces quisieras haber omitido. Consulta a la muerte acerca de lo que debes hacer; pero sigue su consejo.

 

(1) Matth., 24 (2) Ibid. (3) Matth., 24

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.