PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES.
JUEVES DE LA VIGESIMOCTAVA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
JUEVES DE LA VIGESIMOCTAVA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES.
1.- Es semejante el reino de Los cielos a diez vírgenes, que tomando sus lámparas salieron al encuentro al Esposo y a la Esposa (1). También esta parábola amonesta a la vigilancia. Todas fueron vírgenes, todas tomaron sus lámparas, todas salieron al encuentro, todas, tardando el Esposo, dormitaron Y con todo, cinco fueron necias, cinco prudentes. Mas no todas tomaron consigo el aceite. Por eso aquellas son prudentes, que pusieron el aceite en sus vasos. La fe es la lámpara, mas no basta. Eres imprudente, si no tomas también el aceite de la caridad, y los medios que te hagan seguro delante de Dios, que es el Esposo, para que no se apague tu lámpara. Porque la fe sin obras es fe muerta (2).
2.- A la media noche pues se oyó un clamor: Mirad que el Esposo viene (3). Viene el Señor cuando menos lo pensamos. Entonces se levantaron todas las vírgenes y adornaron sus lámparas. ¿Por qué todas tan solícitas? Porque habían de comparecer delante del Esposo. Las necias reconocieron entonces su error, que era faltarles el aceite de las buenas obras. Pero ya viene muy tarde querer empezar cuando es tiempo de acabar. Las necias, pues, dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite. Mas en vano te aprovecharán las buenas obras ajenas en donde a cada uno se da según sus obras propias. ¿Juzgas que no fueron atravesadas de dolor las necias, como llenas de júbilo las prudentes? Toma pues la solicitud de aquellas, en cuya suerte deseas entrar
3.- Y las que estaban aparejadas entraron con Él a las bodas (4); no las que cuidadosas iban a los que vendían, o las que dilatan el aparejarse. A peligro pone su salvación el que dilata los medios. Preciso es poner antes lo que es necesario para la salvación; no el quererlo entonces. Últimamente vinieron las otras vírgenes diciendo: Señor, Señor, ábrenos a nosotras. Pero las bellas palabras no aprovechan donde se valúan las obras. No sirve confesar entonces al Señor con palabras, cuando con las obras le negaste en la vida. Luego ahora cuando los días son días de salud, cuando el tiempo es aceptable, se ha de obrar el bien instantáneamente. Aún está abierta la puerta, Mas Él respondiendo, dice: No os conozco. Teme en aquel tiempo este rayo, si ahora no conoces a Dios y según lo que le conocieres no le sirves.
(1) Matth., 25 (2) Jac., 2. (3) Matth., 25. (4) Matth., 25.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.