Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Tal día como hoy del año 1274, volaba al cielo el gran Santo Tomás de
Aquino, fraile dominico y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran
inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una
extraordinaria sabiduría.
Son muchos los testimonios de amor y de devoción que Santo Tomás dirigía
a la Santísima Virgen. Rezando el Rosario nos unimos a su misma suplica,
pidiendo: Haz, oh Reina del cielo, que
junte en mi corazón el temor y el amor de tu Hijo dulcísimo, que le dé
continuas gracias por los grandes beneficios que me ha concedido no por mis
méritos, sino movido por su propia voluntad, y que haga pura y sincera confesión
y verdadera penitencia por mis pecados, hasta alcanzar perdón y misericordia.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Si
buscas un ejemplo de obediencia, síguelo a El, que se hizo obediente al Padre
hasta la muerte. "Como por la
desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así
también, por la obediencia de uno solo muchos fueron hechos justos.” (Rom
5, 19)
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Si
buscas un ejemplo de paciencia, excelentísimo lo encuentras en la cruz. En
efecto, de dos grandes maneras se manifiesta la paciencia: o bien padeciendo
pacientemente grandes males, o bien padeciendo algo que podría evitarse y que
no se evita. Pues bien, Cristo soportó en la cruz grandes males. "Oh, vosotros todos, los que pasáis por el
camino, mirad y ved si hay dolor semejante a mi dolor" (Treno I, 12); y pacientemente, porque, "al padecer, no amenazaba", (I
Pedro 2, 23); y "Como cordero llevado al matadero, y como oveja muda ante
los trasquiladores" (Isaías 53, 7). Además, Cristo pudo evitarlos, y no
los evitó. "¿O piensas que no puedo
yo rogar a mi Padre, que me enviaría luego más de doce legiones de ángeles?"
(Mt 26, 53). Grande es, pues, la paciencia de Cristo en la cruz. "Por la paciencia corramos al combate que se
nos ofrece, puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, Jesús, el cual,
en vez del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz, despreciando la ignominia. (Hebr
12, 1-2) "
3. La
coronación de espinas
“Si
buscas un ejemplo de humildad, ve el crucifijo: en efecto, Dios quiso ser
juzgado bajo Poncio Pilato y morir. "Tu
causa ha sido juzgada como la de un impío"(Job 36, 17). En verdad como
la de un impío: "Condenémosle a una
muerte afrentosa" (Sabiduría 2, 20). El Señor quiso morir por su
siervo, y el que es la vida de los Ángeles por el hombre. "Hecho obediente hasta la muerte.” (Filip
2, 8)
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Si
quieres un ejemplo de desprecio de las cosas terrenas, síguelo a Él, que es el
Rey de Reyes y el Señor de los señores, en quien se hallan los tesoros de la
sabiduría, y que sin embargo en la cruz estuvo desnudo, objeto de burla, fue
escupido, golpeado, coronado de espinas, y abrevado con hiel y vinagre, y
murió. Por lo tanto, no os impresionéis por las vestiduras, ni por las
riquezas, porque "se repartieron mis
vestiduras" (Salmo 21, 19); ni por los honores, porque a mí me
cubrieron de burlas y de golpes; no por las dignidades, porque tejieron una
corona de espinas y la colocaron sobre mi cabeza; no por las delicias, porque
"en mi sed me abrevaron con vinagre”
(Salmo 68, 22). "El cual, en vez del
gozo que se le ofrecía, soportó la cruz, despreciando la ignominia", (Hebr
12, 2) de lo que dice San Agustín: "El
hombre Jesucristo despreció todos los bienes terrenos para enseñarnos que deben
ser despreciados.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“Ningún
ejemplo de virtud falta en la cruz. Pues si buscas un ejemplo de caridad,
"nadie tiene mayor caridad que el
que da su vida por sus amigos" (Jn 15, 13) Y esto fue lo que hizo
Cristo en la cruz. Por lo tanto, si El dio su vida por nosotros, no se nos debe
hacer pesado soportar por El cualquier mal. "¿Qué
le daré al Señor por todo lo que El me ha dado?" Salmo 115, 12