miércoles, 13 de diciembre de 2023

14 -XII. PROMÉTESE LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS. MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO

14 DE DICIEMBRE

PROMÉTESE LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS


MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

 

14 DE DICIEMBRE

PROMÉTESE LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS

 

1. Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu generación y la suya, y ella te quebrantará la cabeza[1]. Esto era prometer al Redentor, que librería a Adán y a sus descendientes de la potestad del demonio. ¡Qué bueno es Dios! Apenas el hombre peca, cuando luego le da y ofrece la esperanza del perdón. ¿Por ventura no te dio a ti la misma esperanza? Y ¿cuántas veces? ¿Qué agradecimiento, pues, no le debes? ¿Qué amor? ¿Qué confianza?

 

2. Entre tu generación y la suya. Esto era prometer al Salvador de los que después habían de nacer de Adán. Esta misma promesa la renovó en adelante por tantas profecías y figuras, para alentar en la misma esperanza de su venida, pero te lo hizo presente. Y con todo, más le servían los que le esperaban, que tú, que ya le gozas. Confúndete y corresponde en adelante a beneficio tan grande.

 

3. El mismo Dios vendrá y nos salvará[2]. Esto creían y decían los pasados siglos. Por eso extendió a ellos Jesucristo sus méritos infinitos. No desampara ciertamente a cualquiera que espera en Él. ¿Juzgas acaso que será menos misericordioso contigo después que vino, si le sirves con fidelidad? Con más abundancia participas tú los méritos de Cristo, por medio de los sacramentos, etc. Ofrece siempre estos méritos al eterno Padre. Estos solamente sean el fundamento de tu esperanza.

 

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Gen., 3.

[2] Isai., 35.