SANTO ROSARIO
PARA EL TIEMPO DE PASIÓN
MEDITADO CON LA CARTA A LOS
HEBREOS
MISTERIOS GOZOSOS
Monición
inicial: Cercano ya el
Sagrado Triduo Pascual, la Iglesia nos invita a recoger nuestros sentidos e
introducirnos en los momentos culminantes de nuestra redención, uniéndonos
íntimamente a nuestro Señor Jesucristo y a su Madre y madre nuestra, la Virgen
Dolorosa.
Al contemplar los misterios gozosos, contemplamos
como el Verbo de Dios tomó nuestra condición humana para sufrir por nosotros y
pagar así el precio de nuestro rescate.
Señor
mío Jesucristo...
1.- La Anunciación a la
Virgen y la Encarnación del Hijo de Dios
“Dice
primero: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no
los quisiste ni te agradaron —cosas todas ofrecidas conforme a la Ley—
entonces, añade: He aquí que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para
establecer el segundo. Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced
a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo.” Hb 10, 8-10
2.-La Visitación de
Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“Mantengamos
firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa.
Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas
obras, sin abandonar nuestras propias
reuniones, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándonos: tanto
más, cuanto que ven que se acerca ya el Día.” Hb
10, 23-25
3.-El nacimiento del Niño
Dios en el portal de Belén
“Por
tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también
participó Cristo de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de
la muerte, es decir, al Diablo, y libertar a cuantos, por temor a la muerte,
estaban de por vida sometidos a esclavitud. Por eso tuvo que asemejarse en todo
a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a
Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo.” Hb
2, 14-15. 17
4.-La purificación de la
Virgen y presentación del Niño Jesús
“Así
es Cristo, el Sumo Sacerdote que nos convenía: santo, inocente, incontaminado,
apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos, que no tiene
necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como
aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y esto lo realizó de una
vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.” Hb 7,
26-27
5.- El niño Jesús perdido
y hallado en el templo
“Sin
fe es imposible agradar a Dios, pues el que se acerca a Dios ha de creer que
existe y que recompensa a los que le buscan.” Hb
11, 6