OH CARIDAD
¡Oh, caridad de los que verdaderamente
aman al Señor y conocen su condición! ¡Qué poco descanso podrán tener, si ven
que pueden hacer algo para que sola un alma se aproveche y ame más a Dios. O
para darle algún consuelo o para apartarla de algún peligro! Y cuando no puede
con obras, con oración, importunando al Señor por las muchas almas que la
lastima ver que se pierden; pierde ella su descanso y lo tiene por bien
perdido, porque no se acuerda de su contento, sino de cómo cumplir mejor la
voluntad del Señor, y así en la obediencia (F 5, 5).