Santo Rosario.
Por la
señal...
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
Cristo
tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrados de sus pies.”
Cristo resucitado es el “vencedor del
pecado y de la muerte, es el principio de nuestra justificación y de nuestra
resurrección: ya desde ahora nos procura la gracia de la adopción filial, que
es real participación de su vida de Hijo unigénito; más tarde, al final de los
tiempos, Él resucitará nuestro cuerpo.”
Pidamos que él triunfe sobre nuestro pecado y sobre nuestra muerte,
hasta que lleguemos a participar de su resurrección. Será el triunfo de la
realeza de Cristo sobre nosotros. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga
de sus enemigos estrados de sus pies.”
2.- La Ascensión del Señor
“Dios
asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas.”
Cristo
subió a los cielos y se sentó a la derecha del Padre. Desde entonces el Señor
reina con su humanidad en la gloria eterna de Hijo de Dios, intercede
incesantemente ante el Padre en favor nuestro, nos envía su Espíritu y nos da
la esperanza de llegar un día junto a Él, al lugar que nos tiene preparado.
Pidamos que mientras vivimos peregrinos en este mundo hacia la
patria celestial nos sometamos a su dulce y suave reinado haciendo solamente su
voluntad.
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre
los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“El
que quiera ser primero entre vosotros sea vuestro servidor.”
Cristo Rey envía a los apóstoles el Espíritu
Santo que los impulsa a anunciar a todas las naciones que el Reino de Dios ha
llegado y a cumplir la misión de bautizar a todas las gentes. Cada cristiano,
por la acción del Espíritu Santo en el Bautismo participa de su realeza.
Pidamos que imitando a
Jesucristo, quien siendo rey del universo, se hizo siervo de todos, sobre todo
de los pobres y los que sufren, así también nosotros lo hagamos.
4.- La Asunción de María Santísima a los
Cielos
“Vendré
y os llevaré conmigo.”
La Virgen María, la primera redimida,
la primera y mejor discípula que se proclama “esclava” del Señor, la que de
forma singular participa en la obra redentora, es llevada al cielo en cuerpo y
alma para participar de la victoria y reinado de su Hijo, el Rey de Reyes.
Pidamos que nosotros amemos y sirvamos a tan gran Señora, que nos
ha sido dada como Madre. Honrémosla, imitando sus virtudes.
5.- La Coronación De La Virgen Como
Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Pondré
sobre tu cabeza una corona de oro fino.”
Como Madre de todo los hombres, Ella
se preocupa de todo ellos, pues ha sido constituida por el Señor como Reina del
cielo y de la tierra, exaltada sobre los coros todos de los Ángeles y sobre todos
los Santos en el cielo. Situada a la diestra de su unigénito Hijo, Jesucristo,
Señor y Rey nuestro, la Virgen María intercede por todos, obtiene cuanto pide,
y no puede no ser escuchada.
Pidamos que crezcamos en confianza y abandono en las manos de María:
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.