en tus manos de Madre nos ponemos;
míranos con misericordia.
***
Oh María,
cuya vida fue tan ignorada,
tan oculta en Dios,
que ninguno sospechó sus admirables secretos;
alcánzame vivir y morir según Tú,
oculta, desconocida, sin honores,
perdida y abismada contigo en aquél
de quien una sola mirada vale mil veces más
que todos los aplausos del mundo entero.