DÍA 16. BREVE MES DE MARÍA. ROSA MYSTICA
Breve mes de María. Devoto obsequio de las familias cristianas a la Madre de Dios en el mes de Mayo compuesto principalmente con textos de san Alfonso María de Ligorio y ejemplos escogidos.
+Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A fin de que sea más eficaz nuestra oración delante de Dios y muy agradables nuestros obsequios a la Virgen María, poniéndonos en su santa presencia, purifiquemos antes nuestra alma de los pecados y faltas haciendo de todo corazón un acto de contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
Oración para comenzar todos los días:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén
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MES DE MARÍA
DÍA 16
CONSIDERACIÓN
Rosa mystica (Rosa mística) -Dicen los sagrados Cantares que María fue el huerto cerrado de Dios. En este huerto, escribe san Bernardo, plantó el Señor todas las flores que embellecen la Santa Iglesia, y, entre muchas, la violeta de la humildad, el lirio de la pureza y la rosa de la caridad. La rosa es encarnada, y por esto, María se llama rosa, por la caridad ardiente para con Dios y para con los hombres, en que siempre estuvo abrasado su corazón. Rosa encarnada, dice un autor, por el fuego del amor a Dios y al prójimo, pues el color del fuego denota caridad. ¿Y dónde podremos encontrar una abogada que más se afane por nuestra salvación y nos ame más que María? ¡Oh, Madre nuestra muy amada! ¡Ojalá supiésemos amar de la manera que Vos nos amáis! No queremos, empero, dejar de hacer cuanto podamos para honraros y amaros. Dulcísima Señora Nuestra, alcanzadnos la gracia de que os seamos fieles.
EJEMPLO
Cuando Tomás de Kempis era pequeño, solía rezar todos los días algunas oraciones en honra de María; pero sucedió que por pereza las olvidó, primero, alguna vez, y después las dejó del todo. María se le apareció una noche, mientras soñaba que estaba jugando con otros niños. La Virgen abrazó dulcemente, uno tras otro, a sus compañeros, mas, al llegar a él, se detuvo, y le dijo: «¿No sabes que me has olvidado? No son para ti mis caricias». La visión desapareció. Fácil es de imaginar cuán saludablemente quedó advertido aquel piadoso infante, y cuán pronto comenzó de nuevo sus devociones, para no dejarlas jamás.
No aspiremos tampoco a las dulces caricias de María, nuestra Madre, si somos negligentes y fríos en su devoción.
PEREGRINACIÓN Y VISITA ESPIRITUAL
Hoy haremos la peregrinación y la visita espiritual a NUESTRA SEÑORA DE LA FUENSANTA, EN MURCIA, y unidos en espíritu con todos los fieles que hoy practican esta devoción, pidámosle las gracias especiales que más nos convengan. (3 Avemarías)
FLOR ESPIRITUAL PARA MAÑANA
Acostumbrarse a rezar el Avemaría al dar cada hora, pensando que así contribuimos a la gloria de Dios, al honor de María y al bien de nuestra alma.
DESPEDIDA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
