lunes, 30 de mayo de 2022

DÍA 31. BREVE MES DE MARÍA. LA ASUNCIÓN GLORIOSA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

DÍA 31. BREVE MES DE MARÍA. LA ASUNCIÓN GLORIOSA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN EN CUERPO Y ALMA A LOS CIELOS

 

Breve mes de María. Devoto obsequio de las familias cristianas a la Madre de Dios en el mes de Mayo compuesto principalmente con textos de san Alfonso María de Ligorio y ejemplos escogidos.

 

+Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

A fin de que sea más eficaz nuestra oración delante de Dios y muy agradables nuestros obsequios a la Virgen María, poniéndonos en su santa presencia, purifiquemos antes nuestra alma de los pecados y faltas haciendo de todo corazón un acto de contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.

 

Oración para comenzar todos los días: 

Acordaos, oh piadosísima Virgen María,

que jamás se ha oído decir

que ninguno de los que han acudido a tu protección,

implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,

haya sido abandonado de ti.

Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,

y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.

No deseches mis humildes súplicas,

oh Madre del Verbo divino,

antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén

***

MES DE MARÍA

DÍA 31

 

CONSIDERACIÓN

La Asunción gloriosa de la Santísima Virgen en cuerpo y alma a los Cielos. María murió; pero ¿cómo murió María? Murió desprendida de todo afecto a las cosas creadas y murió consumida de aquel amor divino en que vivió siempre y completamente inflamado su corazón santísimo. ¡Oh, Santa Madre!, aunque dejéis la Tierra, no os olvidéis de nosotros, miserables pecadores, que quedamos aquí abajo peregrinando por este valle de lágrimas, combatidos por tantos enemigos, que quisieran vernos perdidos eternamente. Por los merecimientos de vuestra preciosa muerte, alcanzadnos el desprendimiento de las cosas terrenas, el perdón de los pecados, el amor a Dios y la santa perseverancia; y, cuando llegue la hora de nuestra muerte, asistidnos desde el Cielo con vuestras plegarias e impetradnos el que vayamos a besar vuestros pies en el Paraíso. ¡Oh Reina y Abogada nuestra!, en vuestras manos está nuestra salvación. Decid a vuestro Hijo que nos queréis con Vos en el Paraíso. Él nada os niega cuando se lo pedís. ¡Oh vida, dulzura y esperanza nuestra, María!, rogad por nosotros a Jesús.

 

EJEMPLO

San Bonet, obispo de Auvernia, al ir a celebrar, fue favorecido con la presencia de la Virgen María, la cual le regaló un amito blanquísimo para la celebración de la santa Misa. ¡Con qué gusto y con qué devoción debía rezarla! ¡Y con qué devoción deberíamos oír nosotros la santa Misa! En ella se ofrece el sacrificio del Cuerpo y de la Sangre Jesús, formado en las purísimas entrañas de la Virgen María. Nada podemos ofrecer que sea tan agradable a María como su Hijo Jesús, en la Misa y en la Comunión.

 

PEREGRINACIÓN Y VISITA ESPIRTUAL

Hoy haremos la peregrinación y la visita espiritual a NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, EN BARCELONA, y unidos en espíritu con todos los fieles que hoy practican esta devoción, pidámosle las gracias especiales que más nos convengan. (3 Avemarías)

 


FLOR ESPIRITUAL

Consagrarse de nuevo a María, repitiéndole la oración Virgen y Madre de Dios.

 

DESPEDIDA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.