viernes, 6 de mayo de 2022

6 de mayo San Juan ante Portam Latinam.

 


6 de mayo

San Juan ante Portam Latinam

 

Del libro de San Jerónimo, Presbítero, contra Joviniano.

Libro 1, nº 26

El apóstol Juan, uno de los discípulos del Señor y según se cree el más joven de los apóstoles, era virgen cuando abrazó la fe de Jesucristo, y permaneció virgen. Por eso fue más amado del Señor, y descansó sobre el pecho de Jesús. Lo que Pedro, que estaba casado, no se atrevió a preguntar por sí mismo, rogó a Juan que lo preguntase a Jesús en su nombre. Al anunciarles María Magdalena que el Señor había resucitado, corrieron ambos hacia el sepulcro, mas Juan llegó el primero. Estando la barca pescando en el lago de Genesaret, Jesús se presentó en la playa y los Apóstoles no le conocieron; sólo el discípulo virgen conoció al Maestro y dijo a Pedro: “Es el Señor”.

Juan fue Apóstol, Evangelista y Profeta. Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; Evangelista, porque publicó el libro de su Evangelio, lo cual, excepto Mateo, no hicieron los demás Apóstoles; Profeta, ya que vio en la isla de Patmos, a la que fue desterrado por Domiciano, por su testimonio confirmando la fe en Jesucristo, el Apocalipsis, que contiene muchos misterios. Además, refiere Tertuliano que mientras estaba en Roma fue echado en una tinaja de aceite hirviente, y que de ella salió más sano y fuerte que antes.

Su Evangelio se eleva más que los otros. Mateo empieza, como si se tratara de un hombre: “Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán”; Lucas comienza por el sacerdocio de Zacarías; Marcos por las profecías de Malaquías e Isaías. El primero tiene por atributo la figura de un hombre, por esta misma genealogía; el segundo, la de un buey, por el sacerdocio; el tercero, la de un león, por la voz que clama en el desierto: "Preparad los caminos del Señor, enderezad sus sendas”. Nuestro Juan se eleva como águila a lo más alto, y llega el Padre, diciendo: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios”.

 

Oremos.

Oh Dios, que nos ves perturbados por los males que nos asedian de todas partes, te rogamos nos concedas seamos protegidos por la intercesión de tu bienaventurado Apóstol y Evangelista San Juan. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. R. Amén.