jueves, 1 de julio de 2021

CATECISMO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. CAPÍTULO XIII

X - PROPAGACIÓN

DE LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS

 

 

21. ¿Cuál es una de las pruebas más evidentes del amor al Corazón de Jesús?

Es el ardor y el celo en propagar su devoción. «Quien no tiene celo, tampoco tiene amor», dice San Agustín. De un corazón abrasado salen espontáneamente las llamas del celo.

 

22. ¿Qué deseos y qué promesas formuló a este propósito el Sagrado Corazón?

Dijo a la virgen de Paray: «Por esto te pido que trabajes para que todos honren mi Corazón celebrando su fiesta y tributándole todos los obsequios posibles.» «Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de él

 

23. Algunos medios conducentes a este fin.

Pueden señalarse entre los más importantes:

a) El ejemplo de una devoción sincera al Corazón de Jesús.

b) La oración, medio el más eficaz para que se extienda su reinado.

c) El apostolado de la palabra entre nuestros familiares, amigos, compañeros, etc.

d) La difusión de sus imágenes, que tanto contribuyeron a la rápida propagación de su culto.

e) La propaganda por medio de opúsculos, folletos, revistas y libros.

f) El apoyo económico a las obras de dicho apostolado.

 

 

XI - ALGUNAS OTRAS PRÁCTICAS EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN

 

 

24. ¿No existen algunas otras prácticas en honor del Sagrado Corazón?

Sí existen otras varias, como las Novenas y Triduos, la Letanía del Sagrado Corazón, el Oficio parvo, el Rosario del Sagrado Corazón y los Nueve Oficios.

 

25. ¿En qué consisten las Novenas y Triduos en Honor del Sagrado Corazón?

Estas Novenas y Triduos consisten en practicar, durante el transcurso de nueve días o de tres, ciertos ejercicios particulares en honor del Corazón de Jesús.

Se aconsejan especialmente para alcanzar algún favor señalado o para disponernos a celebrar con más fervor la Fiesta del Sagrado Corazón.

 

26. ¿Cómo se ha de rezar el Rosario del Corazón de Jesús?

En la Cruz se puede rezar el Magníficat; en las cuentas gruesas, la invocación: «Jesús, manso y humilde de Corazón, haced mi corazón semejante al vuestro», y en las pequeñas, ]as jaculatorias indulgenciadas: «Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor»; «Dulce Corazón de María, sed la salvación mía».