LA MAJESTAD DEL SEÑOR DE TODO
¡Oh, Jesús mío! ¡Quién pudiese hacer
entender la majestad con que os mostráis! Y cuán Señor de todo el mundo y de
los cielos, y de otros mil mundos, y mundos y cielos incontables que Vos
creaseis, entiende el alma por la majestad con que os manifestais, que son nada
para ser Vos Señor de todo (V 28, 8).