Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se celebra en este día a San Eugenio de Mazenod, obispo, que fundó los
Misioneros Oblatos de María Inmaculada, para evangelizar a los pobres, y
durante cerca de 25 años ilustró infatigablemente a la Iglesia con sus
virtudes, su labor, sus sermones y sus escritos. Murió el día 21 de mayo del año
1861. Propagador del rezo del rosario, su intención era contemplar el
misterio de Cristo con los ojos de María.
Con sus palabras, meditamos el Rosario y lo ofrecemos para que también
nosotros seamos cooperadores de Cristo Salvador.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
“Convertíos,
pues, volved a Dios, y tomad para ello el único medio que el Señor os ha
dejado. Dad este primer paso, el único que debe costaros, llegad hasta
nosotros. Venid a mostrar vuestras llagas a los únicos médicos que Dios ha
establecido para curarlas; como sabéis, a los leprosos del Evangelio se les
ordenó que se presentaran a los sacerdotes, y el Señor que había escuchado su
ruego no quiso curarlos sino por el ministerio de aquellos a quienes había dado
ese poder en la tierra. Así es también entre nosotros; es el Salvador quien
cura, pues solo a Dios corresponde obrar ese prodigio; pero cura por sus
ministros, y cura como Dios, pues observad que una palabra le basta para esa
resurrección, como le bastó una palabra para crear el universo..”
2.- La
Ascensión del Señor
“No
puedo acostumbrarme a vivir separado de aquéllos que amo, no tengo gozo fuera
de ellos ¡Oh!, qué bien estaremos en el cielo cuando estemos todos juntos! No
habrá entonces viajes ni separación, y aunque absorbidos en Dios, amaremos
todavía y mucho a nuestros amigos.”
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“No basta recibir favores,
hay que aprovecharlos y corresponder a la misericordia de Dios, que es
verdaderamente incomprensible para pobres y miserables pecadores como
nosotros.”
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
“Debemos
renovarnos, sobre todo en la devoción a la santísima Virgen, para hacernos
dignos de ser Oblatos de la Inmaculada María. ¡Pero si es un pasaporte al
cielo! ¿Cómo no lo habíamos pensado antes? Reconozcamos que será tan glorioso
como consolador estarle consagrados de un modo especial y llevar su nombre.
¡Oblatos de María!”
5.- La
Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“La
devoción a la Santísima Virgen debe superar a todas las demás, porque esa
gloriosa Madre de Dios la llama la Iglesia, nuestra vida y nuestra esperanza.
Es moralmente imposible que una alma pueda hacer algún progreso en los caminos
de la perfección si está desprovista de esa tierna y sincera devoción para la
Santísima Madre de Dios.”