FIESTA
DE LA SAGRADA FAMILIA
Forma
Extraordinaria del Rito Romano
Cuando
cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño
Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo
que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a
buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a
Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el
templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles
preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las
respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo,
¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les
contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas
de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y
fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su
corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios
y ante los hombres.
Lucas 2, 42-52