II DOMINGO DESPUES DE EPIFANIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
A los tres días,
había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus
discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No
tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?
Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo
que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las
purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó
el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo
sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dijo:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor;
tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de
los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus
discípulos creyeron en él.
Jn 2, 1-11