MONICIÓN
INICIAL: Con algunos pensamientos de san Enrique de Osso meditamos el
rosario de hoy. Este sacerdote español fundó la
Sociedad de Santa Teresa, para la formación de las jóvenes, y más adelante,
obligado a dejar dicha institución, pasó el resto de sus años en el convento de
los Hermanos Menores. Entregó su alma a Dios en 1896.
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La
encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“¡Oh alma mía! sé humilde como María
Inmaculada, y merecerás ser exaltada a los ojos de Dios y de los hombre, en la
tierra y en el cielo. Amén..”
2.-La
Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
"Examina tu corazón, y persuádete,
hija mía, que nunca te excederás en amar a María, en honrarla, en imitarla y
extender su devoción… Jesús te va delante con su ejemplo… Ningún mortal por más
que hagas podrá honrar a María tanto como la honró el Hijo de Dios… ¡Oh María,
Madre querida de mi corazón, vida, dulzura y esperanza mía! en vida, en muerte
en el tiempo y en la eternidad mostrad que sois mi Madre… En todos mis peligros
y tentaciones os invocaré con confianza, y saldré siempre victoriosa de mis
enemigos… ¿No es verdad, Madre mía de mi alma, María Inmaculada?.”
3.-El
nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Oh mi Niño Jesús! ¡Oh mi amado Jesús!
¡Oh mi adorado Jesús! Cuanto os veo más pobre y más abatido por mi amor en ese
establo, tanto sois más amable a mi corazón... ¡Oh María, oh José! Disponed una
cuna en mi corazón, que quiero albergar en ella a vuestro hijito Jesús... No la
desprecies, Jesús de mi alma; ven y acepta tal cual es, la casa pobrecita de mi
corazón... Adórnala Tú, purifícala Tú, con todas las virtudes, y conságrala
para tu morada, y sea mi corazón tu lugar de descanso y recreo eternamente. Si
más tuviera y cosa mejor poseyera, bien sabes, Niño hermoso, que sin reserva te
la diera. Dame, pues, lo que me mandas, que es un corazón puro y humilde, y
mándame lo que quieras. Amen..”
4.-La
purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"Yo te saludo, ¡oh María! llena
de gracia, toda hermosa, inmaculada y perfecta, sola predilecta del Altísimo en
el primer instante de tu Purísima Concepción… Tú eres la honorificencia de
nuestro pueblo, Tú la alegría de Israel, Tú la gloria de Jerusalén. ¡Oh María,
Virgen prudentísima, Madre de Dios y mía misericordiosísima, abogada de los
pecadores! Intercede por todos tus devotos, y consérvanos puros de alma y
cuerpo hasta verte gloriosa en el cielo y cantar en tu compañía las
misericordias de Dios. Amén."
5.- El
niño Jesús perdido y hallado en el templo
“¡Oh buen Jesús! Sois mi maestro en
todas las virtudes; sedlo en especial en la del trabajo, para que siendo
hacendosa como vuestra esposa Teresa de Jesús, nunca me coja el enemigo
ociosa... y así evite las tentaciones..”