lunes, 2 de mayo de 2016

“TODOS”: “TODOS” LOS HOMBRES TIENE DIGNIDAD DE CRIATURAS Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 144-148)


“TODOS”: “TODOS” LOS HOMBRES TIENE DIGNIDAD DE CRIATURAS
Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 144-148)
Dios no hace acepción de personas”, porque todos los hombres tienen la misma dignidad de criaturas a su imagen y semejanza. Puesto que en el rostro de cada hombre resplandece algo de la gloria de Dios, la dignidad de todo hombre ante Dios es el fundamento de la dignidad del hombre ante los demás hombres. Esto es, además, el fundamento último de la radical igualdad y fraternidad entre los hombres, independientemente de su raza, nación, sexo, origen, cultura y clase.
Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y personal de todos. En las relaciones entre pueblos y Estados, las condiciones de equidad y paridad son el presupuesto para un progreso auténtico de la comunidad internacional.
Hombre y mujer diferencian a dos individuos de igual dignidad, que, sin embargo, no poseen una igualdad estática, porque lo específico femenino es diverso de lo específico masculino. Esta diversidad en la igualdad es enriquecedora e indispensable para una armoniosa convivencia humana. La mujer es el complemento del hombre, como el hombre lo es de la mujer: mujer y hombre se completan mutuamente, no sólo desde el punto de vista físico y psíquico, sino también ontológico. Sólo gracias a la dualidad de lo « masculino » y lo « femenino » se realiza plenamente lo «humano». Es la « unidad de los dos », unidad  relacional, que permite a cada uno experimentar la relación interpersonal y recíproca como un don que es, al mismo tiempo, una misión: A esta “unidad de los dos” Dios les confía no sólo la opera de la procreación y la vida de la familia, sino la construcción misma de la historia.
Las personas minusválidas son plenamente humanos, titulares de derechos y deberes y ha de ser ayudada a participar en la vida familiar y social en todas las dimensiones y en todos los niveles accesibles a sus posibilidades. En nuestro mundo funcional e utilitario, es necesario defender y promover con medidas eficaces y apropiadas los derechos de la persona minusválida.