martes, 10 de mayo de 2016

LA CONVERSIÓN DEL CORAZÓN, INICIO DEL RESPETO AL HOMBRE Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 158-159)


LA CONVERSIÓN DEL CORAZÓN, INICIO DEL RESPETO AL HOMBRE
Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 158-159)
La solemne proclamación de los derechos del hombre se ve contradicha por una dolorosa realidad de violaciones, guerras y violencias de todo tipo: en primer lugar los genocidios y las deportaciones en masa; la difusión por doquier de nuevas formas de esclavitud, como el tráfico de seres humanos, los niños soldados, la explotación de los trabajadores, el tráfico de drogas, la prostitución. También en los países donde están vigentes formas de gobierno democrático no siempre son respetados totalmente estos derechos; pensemos solamente en el aborto que niega el derecho a la vida de los más indefensos o la práctica de la eutanasia.
Existe desgraciadamente una distancia entre la « letra » y el « espíritu » de los derechos del hombre.
La doctrina social, considerando el privilegio que el Evangelio concede a los pobres, no cesa de confirmar que los más favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor liberalidad sus bienes al servicio de los demás y que una afirmación excesiva de igualdad puede dar lugar a un individualismo donde cada uno reivindique sus derechos sin querer hacerse responsable del bien común.
La Iglesia, consciente de que su misión, esencialmente religiosa, incluye la defensa y la promoción de los derechos fundamentales del hombre, desarrolla su compromiso pastoral en una doble dirección: de anuncio del fundamento cristiano de los derechos del hombre y de denuncia de las violaciones de estos derechos.
La Iglesia confía sobre todo en la ayuda del Señor y de su Espíritu que, derramado en los corazones, es la garantía más segura para el respeto de la justicia y de los derechos humanos y, por tanto, para contribuir a la paz. Sin duda, es necesaria la CONVERSIÓN DE LOS CORAZONES.