19 DE MAYO
Los
Dolores de Nuestra Señora (3)
MARIA,
Vas honorabile,
VASO
DE HONOR
San Pablo llama vasos de honor
a las almas elegidas; de honor, porque son elegidas o escogidas y vasos, porque
por el amor de Dios, están llenas de su gracia santa y celestial. ¡Con cuanta
mayor razón es María un vaso de honor, pues tuvo en sí, no solo la gracia de
Dios, sino el mismo Hijo de Dios, formado de Ella en lo que concierne a su
carne y a su sangre!
Mas este título honorable, aplicado a María, admite otra
significación. Fue mártir sin la deshonra brutal que acompañaba a los
sufrimientos de los mártires. Los mártires eran prendidos, arrastrados,
encarcelados e insultado con las palabras más blasfemas y las expresiones más
odiosas, que Satanás puede inspirar. Tal era la indecible prueba infligida
también a las santas mujeres, a las jóvenes vírgenes esposas de Jesucristo, a
las que los paganos prendían, torturaban y llevaban a la muerte. Por encima de
todos los mártires, el mismo nuestro Señor, cuya santidad era infinitamente
mayor que la de cualquiera otra criatura o vaso de la gracia, fue, según
sabemos muy bien, abofeteado, desnudado, burlado, arrastrado de un lugar a
otro, tendido y clavado en la cruz, y, finalmente, levantado sobre ella y
expuesto a las miradas de una multitud brutal. Llevaba por los pecadores la
vergüenza del pecado, más quiso eximir a su Madre sin mancilla de este supremo
abatimiento. María padeció, pero no en su Cuerpo, sino en su alma. Es verdad
que agonizo durante la agonía de Jesús, que sufrió una pasión asociada a la
suya, que fue crucificada con Él, que la lanza, que atravesó el corazón de
Jesús, penetro al mismo tiempo, en el alma de su Madre. Sin embargo, no dio
señales visibles de este martirio intimo; permaneció en pie, silenciosa,
recogida, solitaria, inmóvil, al pie de la cruz de su Hijo, rodeada de los
ángeles y velada, en su santidad virginal, a las miradas de todos los que
tomaban parte en la crucifixión.
Beato John Henry Newman
Transcripto
por gentileza de Dña. Ana María Catalina Galvez Aguiló