OBRAS QUIERE EL SEÑOR
Que no, hermanas, no; obras quiere el
Señor, y que si ves a una enferma a quien puedes dar alivio, no te importe
perder esa devoción y te compadezcas de ella; y si tiene algún dolor, te duela
a tí. Y si es necesario, lo ayunes para que ella lo coma, no tanto por ella,
como porque sabes que tu Señor quiere aquello; ésta es la verdadera unión con
su voluntad; y que si vieres alabar mucho a una persona, te alegres mucho más
que si te alabasen a tí... Esta alegría de que se conozcan las virtudes de las
hermanas es importantísima, y cuando viéremos alguna falta en alguna, sentirla
como si fuera nuestra y encubrirla (V M 3, 11).