LA SEÑAL DEL AMOR A DIOS
La señal más cierta que hay de que
guardamos el amor a Dios, es guardar el amor al prójimo. Porque si amamos a
Dios no se puede saber, mas el amor del prójimo sí se puede conocer. Y estad
ciertas que cuanto más crecidas y maduras os viereis en el amor al prójimo, más
lo estáis en el amor a Dios. Porque es tan grande el que Su Majestad nos tiene,
que en pago del que tenemos al prójimo, hará que crezca el que tenemos a Su
Majestad de mil maneras. De esto yo no puedo dudar. Porque creo yo que, con lo
malo que es nuestro natural, si el amor a los hermanos no nace de la raiz del
amor de Dios, no llegaremos a tener con perfección el del prójimo (V M 3, 7-9)