domingo, 11 de febrero de 2024

12 DE FEBRERO. DE LO QUE CRISTO HIZO HASTA LOS TREINTA AÑOS

12 DE FEBRERO

DE LO QUE CRISTO HIZO HASTA LOS TREINTA AÑOS

 

MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

12 DE FEBRERO

DE LO QUE CRISTO HIZO HASTA LOS TREINTA AÑOS

1. Considera que en sentencia de muchos autores gastó Cristo estos años en altísima contemplación. Piensa, pues, que Él trató entonces con el Padre el negocio de la humana reparación, dispuso la Iglesia militante, lloró los pecados de los hombres, aplacó la ira del Padre, oró por el perdón, etc. No dudes que tú y tus pecados estuvieron presentes en aquella contemplación. No merecías esto. Sólo fue propio de aquella bondad el haberse acordado de ti. Traspasa en esta todas tus deudas. Duélete, pide perdón por medio de aquellas lágrimas. Mira que en adelante le sirvas de gozo, no de dolor.

 

2. Considera que con su conversación era el consuelo de su Madre santísima y de san José. La cual, es creíble que sería por lo común de la bondad de Dios, de su misericordia, de la obra de la Redención que había venido a obrar. Imagina cual sería el gusto, cuáles los afectos de los dos. Aprende cuál debe ser la materia de tus conversaciones con que des al prójimo algún consuelo o le inspires piadosos afectos. De otro modo darás en hablar cosas dañosas, o perderás el tiempo. ¿Hicístelo así hasta aquí?

 

3. Considera lo que trabajaba con sus manos. Sienten graves autores, que ejercitó la carpintería. De aquí se puede creer, que ayudaba a san José a ganar el sustento. Tan trabajosa vida tuvo JESÚS. Y con todo no a Él, sino a ti se dijo: en el sudor de tu rostro comerás el pan. ¿Y tú amarás el ocio? Ni se le daba por no predicar aún ni hacer milagros por la salud de los hombres. Juzga que hace bastante, haciendo lo que sabe que es lo que quiere Dios. Aprende a hacer lo que la obediencia te manda, aunque te parezca que no haces nada, o que los superiores no te ocupan en lo que piden tus talentos. Haces bastante, si haces lo que sabes que agrada a Dios por medio de la obediencia.

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.