DÍA 14. BREVE MES DE MARÍA. CAUSA NOSTRAE LAETITIAE
Breve mes de María. Devoto obsequio de las familias cristianas a la Madre de Dios en el mes de Mayo compuesto principalmente con textos de san Alfonso María de Ligorio y ejemplos escogidos.
+Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A fin de que sea más eficaz nuestra oración delante de Dios y muy agradables nuestros obsequios a la Virgen María, poniéndonos en su santa presencia, purifiquemos antes nuestra alma de los pecados y faltas haciendo de todo corazón un acto de contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
Oración para comenzar todos los días:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén
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MES DE MARÍA
DÍA 14
CONSIDERACIÓN
Causa nostrae laetitiae (Causa de nuestra alegría). A la manera que después de las tinieblas y de la tristeza de la noche, el alba es causa de alegría, así, después del pecado, que por espacio de cuatro mil años fue el señor de la Tierra antes de la venida de Jesucristo, el nacimiento de nuestra aurora, es decir, de María, devolvió la alegría al mundo. Nacida María, comenzó la aurora, dice un Santo Padre. La aurora es el heraldo del sol, y María fue el heraldo del Verbo encarnado, Sol de Justicia y Redentor nuestro, que, con su muerte, nos libró de la muerte eterna. Justamente canta la Iglesia en el nacimiento de María:
Vuestro nacimiento, Santa Madre de Dios, anunció alegría a todo el mundo. Y así como María fue el principio de nuestro gozo, también es ahora su cumplimiento, pues muy bien dice san Bernardo que Jesucristo ha puesto en las manos de María todo el precio de sus méritos, para que todo bien que recibamos lo tengamos recibido María. ¡Oh, Madre de Dios!, Vos sois nuestra alegría y nuestra esperanza, pues a nadie negáis vuestro favor y alcanzáis de Dios lo que queréis.
EJEMPLO
San Edmundo nunca comenzaba sus estudios sin implorar antes el auxilio de María, cuya imagen tenía siempre delante. Y, de hecho, ella misma se le aparecía con frecuencia. Una vez, mientras estaba estudiando, se le apagó casualmente del candil. Edmundo acudió, como de costumbre, a su Madre divina y vio un ángel enviado por ella, que fue a encenderle la luz.
No comencemos nuestras obras y nuestros trabajos sin haber implorado antes el auxilio y la bendición de María. Ella cuidará de que redunden en nuestro bien todas las tribulaciones, las dudas y los afanes.
PEREGRINACIÓN Y VISITA ESPIRITUAL
Hoy haremos la peregrinación y la visita espiritual a NUESTRA SEÑORA DEL PUEYO, EN HUESCA, y unidos en espíritu con todos los fieles que hoy practican esta devoción, pidámosle las gracias especiales que más nos convengan.
FLOR ESPIRITUAL PARA MAÑANA
Prepararse para la próxima confesión sacramental con particular cuidado y contrición, para ser más agradables a María. (3 Avemarías)
DESPEDIDA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.