DÍA 27. BREVE MES DE MARÍA. REGINA MARTYRUM
Breve mes de María. Devoto obsequio de las familias cristianas a la Madre de Dios en el mes de Mayo compuesto principalmente con textos de san Alfonso María de Ligorio y ejemplos escogidos.
+Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A fin de que sea más eficaz nuestra oración delante de Dios y muy agradables nuestros obsequios a la Virgen María, poniéndonos en su santa presencia, purifiquemos antes nuestra alma de los pecados y faltas haciendo de todo corazón un acto de contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
Oración para comenzar todos los días:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén
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MES DE MARÍA
DÍA 27
CONSIDERACIÓN
Regina Martyrum (Reina de los mártires). -Con razón es llamada María reina de los mártires, pues su martirio sobrepasó a los sufrimientos de todos los mártires, l al ver morir a su Hijo en la Cruz. De pie estaba junto a la cruz su Madre dolorida. Las madres se alejan, si alguna vez sucede que han de ver morir a sus hijos sin poderlos socorrer. María no huye, sino que asiste con constancia a Jesús, hasta que le ve expirar. Y mientras Jesús agoniza, María ofrece al Eterno Padre la vida del Hijo por nuestra salvación; pero, al hacer tal ofrecimiento, agoniza ella también, y padece un dolor más amargo que cualquier muerte. ¡Oh, Madre nuestra dolorosa!, por el mérito del dolor que al pie de la cruz padecisteis, alcanzadnos un verdadero dolor de nuestros pecados, y el amor a nuestro Redentor Jesús, y por aquella espada que atravesó vuestro corazón cuando visteis que inclinaba la cabeza y entregaba su alma a Dios, os rogamos que nos asistáis en la hora de nuestra muerte y nos obtengáis la eterna salvación, para que podamos ir a amaros eternamente con vuestro Hijo Jesús. Amén.
EJEMPLO
Cuando nació San Cayetano, su madre lo ofreció a la Virgen Santísima. Devotísimo a más no poder, pasaba muchas horas en fervorosa oración, llegando muchas veces al éxtasis. Una noche de Navidad, en Roma, mereció recibir en sus brazos al Niño Jesús, de manos de la misma Madre de Dios.
Pensemos, cuando vamos a comulgar, en que también nosotros debemos agradecer a la Virgen María un favor más grande, pues el mismo Jesús, su divino Hijo, real y verdadero, es el que se nos da, y, más que a nuestros brazos, viene a nuestro corazón.
PEREGRINACIÓN Y VISITA ESPIRITUAL
Hoy haremos la peregrinación y la visita espiritual a NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, EN BARCELONA, y unidos en espíritu con todos los fieles que hoy practican esta devoción, pidámosle las gracias especiales que más nos convengan. (3 Avemarías)
FLOR ESPIRITUAL PARA MAÑANA
Aprovechar todas las ocasiones que se nos ofrezcan para practicar las obras de misericordia espirituales y corporales. Examinar bien si guardamos siempre la caridad con el prójimo.
DESPEDIDA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.