14 de mayo
Conmemoración de san Bonifacio, obispo y mártir
Bonifacio, ciudadano romano, se dolió tanto de haber tenido relaciones ilícitas con Aglae, matrona de noble linaje, que para hacer penitencia de esta falta se dedicó a recoger y sepultar los cuerpos de los Mártires. Así, dejando a sus compañeros de viaje, al ver en Tarso a muchos cristianos perseguidos a causa de su fe, besó sus cadenas y les exhortó a que sufriesen sin desfallecer los suplicios cuyo dolor pasajero les había de merecer el descanso eterno. Con este motivo, hecho prisionero, fue atormentado con uñas de hierro; claváronle también agudas cañas entre la carne y las uñas, y llenaron su boca con plomo derretido. En los tormentos, tan sólo se le oía decir estas palabras: “Gracias os doy, oh Señor Jesucristo, Hijo de Dios”. Luego fue echado de cabeza en una olla de pez hirviendo, mas salió de la misma sin daño; entonces el juez, ardiendo en ira, ordenó fuese decapitado. En aquel momento ocurrió un gran terremoto; debido a este prodigio, muchos infieles se convirtieron a Cristo. Al día siguiente, sus compañeros, que le buscaban, compraron su cuerpo por 500 escudos, y ungiéndolo con perfumes y envuelto en lienzos, le llevaron a Roma. Este hecho fue anunciado por un Ángel a la matrona Aglae, que, también arrepentida, se había dedicado a obras piadosas, la cual salió a recibir las santas reliquias, e hizo construir una iglesia con el nombre de Bonifacio. Allí fue sepultado el cuerpo del mártir el día 5 de junio; su alma había subido al cielo en Tarso de Cilicia, el día 14 de mayo, reinando los emperadores Diocleciano y Maximiano.
Oremos.
Te suplicamos nos concedas, omnipotente Dios, que cuantos celebramos las solemnidades de tu bienaventurado Mártir Bonifacio, seamos ayudados ante ti con su intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. R. Amén.