LOS APOSTOLES PERSEVERARON EN ORACIÓN
MEDITACIÓN PARA EL DÍA DE PENTECOSTÉS
San Juan Bautista de la Salle
" Los santos Apóstoles perseveraron en el retiro, entregados a la oración ".(1) desde la subida de Jesucristo al cielo hasta el presente día de Pentecostés - fiesta que los judíos celebraban para conmemorar la recepción por Moisés de la Ley antigua, en el monte Sinaí -,después de lo cual, el Espíritu Santo descendió sobre ellos y sobre cuantos estaban con ellos reunidos en una sala espaciosa " (2), para darles la Ley nueva, que es ley de gracia y de amor. Difundióse sobre ellos y dentro de ellos a modo de viento impetuoso (3), queriendo significarnos que, así como al crear al hombre, sopló Dios sobre él - según expresión de la Escritura - un hálito de vida (4); del mismo modo, al comunicar Jesucristo a sus Discípulos. La vida nueva, con el fin de que sólo vivieran en adelante según la gracia; sopló en ellos su divino Espíritu para darles alguna impresión de esa su vida divina.
Éste es el día santo en que debe reposar también sobre vosotros el Espíritu de Dios, para poneros en condiciones de no vivir ni obrar en adelante sino movidos de su impulso. Atraedle a vosotros disponiendo debidamente para ello el corazón.
Dícese en los Hechos de los Apóstoles que aquel viento, símbolo del Espíritu de Dios que se derramó sobre los discípulos de Jesucristo, invadió toda la casa: y eso para significar lo dicho a continuación: que todos los allí reunidos fueron llenos del Espíritu Santo (5).
Recibieron a la sazón los santos Apóstoles tal abundancia de gracias, que " sus voces resonaron en toda Jerusalén " (6): no hablaban de otra cosa que de Jesucristo resucitado, y tenían continuamente en los labios las palabras de la Sagrada Escritura, que les servían como norma de conducta.
Después de verle expirar en la cruz, todos se habían dispersado y escondido por miedo a perder la vida; mas, una vez recibido el Espíritu Santo, se reúnen y congregan en el mismo lugar, y allí se alientan y estimulan a padecer por el nombre de Jesucristo; (7) y hasta se consideran felices y se congratulan por ello.
En vuestro estado, necesitáis la plenitud del Espíritu de Dios, pues no debéis vivir ni proceder en él sino conforme al espíritu y luces de la fe; y sólo el Espíritu de Dios puede poneros en tal disposición.
Añaden a continuación los Hechos de los Apóstoles que aparecieron sobre todos los discípulos allí reunidos como lenguas de fuego aisladas entre sí las cuales se posaron sobre cada uno de ellos; y que comenzaron desde entonces a hablar diversas lenguas, según la gracia que el Espíritu Santo les otorgaba (8).
¡Oh maravilla! Los poco antes tan rudos, que eran incapaces de comprender las sagradas verdades que Jesucristo les proponía, fueron en un instante iluminados de tal modo, que explicaban con claridad e increíble precisión las palabras de la Sagrada Escritura; de manera que " todos los allí presentes estaban fuera de si, dominados de profundo asombro " (9); y que en poco tiempo, se convirtieron muchos, porque, según san Pedro les dijo, " el Espíritu de Dios se había derramado sobre ellos " (10).
El empleo que vosotros ejercéis os pone en la obligación de mover los corazones; no podréis conseguirlo sino por el Espíritu de Dios. Pedidle que os conceda en este día la misma gracia que otorgó a los santos Apóstoles y que, después de llenaros de su Espíritu para vuestra santificación, os lo comunique también para promover la salvación de los otros.