domingo, 31 de mayo de 2020

EL ESPÍRITU SANTO. San Jerónimo



"Debo preparar mi lengua y mi pluma a fin de que por ellas escriba el Espíritu Santo en el corazón de los oyentes o lectores. Yo debo prestarle mi órgano a fin de que El haga oír su pensamiento” 

 “No podemos llegar a la inteligencia de las Escrituras sin el auxilio del Espíritu Santo, que las ha inspirado y dictado”

"Yo soy como la oveja enferma descarriada del resto de la manada, y, si el buen pastor no me vuelve sobre sus hombros al aprisco, mis pasos resbalarán y, en el intento mismo de levantarme, daré conmigo mismo en el suelo. Yo soy aquel hijo pródigo que he malbaratado toda la parte de hacienda que mi padre me diera; y aún no me he postrado a los pies del que me engendrara, todavía no he empezado a repudiar los halagos de mis pasadas demasías. Y ahora que un tantico he comenzado no tanto a dejar mis vicios cuanto a quererlos dejar, el diablo trata de envolverme en nuevas redes. Ahora me pone ante los ojos nuevos obstáculos y rodea todo mar y todo océano. Ahora, puesto en medio de este elemento, no puedo ni avanzar ni retroceder. Sólo me queda que por vuestras oraciones me empuje el soplo del Espíritu Santo y me conduzca al puerto de la codiciada orilla."