martes, 19 de julio de 2022

DÍA 20. SANGRE DE CRISTO, FORTALEZA DE LOS MÁRTIRES

DÍA 20. SANGRE DE CRISTO, FORTALEZA DE LOS MÁRTIRES

Mes de julio a la preciosísima Sangre de Jesús

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya presencialmente, ya espiritualmente, recitemos la siguiente oración compuesta por san Alberto Magno:

 

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

de San Alberto Magno

Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno imprimió su movimiento; Tú fuiste asumida por la Palabra y deificada en Su persona.

Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la sangre de Dios.

Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en su humanidad como el maná en la urna de oro, el memorial de la Redención eterna que El cumplió durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los latigazos en el Pretorio, de sus manos y pies perforados y de su costado abierto en el Gólgota. Yo te adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé que estás sustancialmente presente...

Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable, nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a gota, en los corazones que se han alejado de Ti y suavízalos de su dureza.

Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas, sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia; hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros, enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes con belleza divina. Amén.

 

12.    Sangre de Cristo, fortaleza de los mártires

Dice San Pedro Julián Eymard: “De la sangre del corazón mana la vida de los miembros, y la sangre a su vez es producto del alimento; pues nuestro alimento es Jesús, pan de vida, y sólo el que lo come tiene en sí la vida. Es el principio de nuestro poder de santidad: la unión con nuestro Señor. La nulidad, el vacío y la inutilidad de las obras obedecen a la ausencia de esta unión; imposible que la rama seca, que no guarda comunicación con la vida del árbol, pueda producir fruto.

Los frutos de la Sagrada Comunión se ven de forma extraordinaria en los mártires que ante los perseguidores desprecian su propia vida y la entregan como testimonio de su amor a Dios, sabiendo que “el Creador del universo, quien modela la raza humana y determina el origen de todo les devolverá el aliento y la vida, a los que ahora se sacrifican por su ley” (Cfr. 2 Macabeos 7, 23).

El sí de los mártires en la hora de la prueba, su valentía y fortaleza ante el suplicio, tiene su fuerza en la unión con Cristo que se fortalece cada día al comulgar su Cuerpo entregado y su Sangre derramada.

 

PROPÓSITO: Ofrecer un sacrificio por los cristianos perseguidos en el mundo.

 

JACULATORIA: Sangre de Cristo, fortaleza de los mártires, sálvanos.

 

Para finalizar:

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO