12 de mayo
Santos Nereo, Aquiles y Pancracio, mártires; y Santa Domitila, virgen y mártir.
Nereo y Aquileo, hermanos, siervos de Flavia Domitila, fueron bautizados por San Pedro junto con su madre Plautilla. Habiendo persuadido a Domitila que consagrara a Dios su virginidad, fueron acusados por su novio Aureliano como cristianos, y desterrados a la isla Ponda. Allí fueron sometidos a la tortura y azotados; luego se les condujo a Tarracina, donde, por orden de Minucio Rufo, fueron atormentados en el caballete y con antorchas encendidas; y como continuasen afirmando que, habiendo sido bautizados por San Pedro Apóstol, con ningún tormento se les podría obligar a que inmolasen a los ídolos, fueron decapitados. Sus cuerpos, llevados a Roma por Auspicio, su discípulo y educador de Domitila, fueron sepultados en la vía Ardeatina.
Domitila, virgen romana, sobrina de Tito y Domiciano, emperadores, habiendo recibido el velo sagrado de la virginidad de manos del bienaventurado papa Clemente, fue delatada como cristiana por su novio Aureliano, hijo del cónsul Tito Aurelio; y por este motivo fue deportada por orden del emperador Domiciano a la isla Poncia; allí sufrió martirio en la cárcel. Al fin, conducida a Tarracina, confesó nuevamente a Cristo, y como se mantuvo constante, en el imperio de Trajano, el juez ordenó incendiar su habitación, en la que, junto con sus hermanas de leche, las vírgenes Teodora y Eufrosina, terminó su glorioso martirio el día 7 de mayo. Hallados íntegros sus cuerpos, el diácono Cesáreo los sepultó. En el día de hoy los cuerpos de los dos hermanos y Domitila fueron llevados juntos de la diaconía de San Adriano a la basílica de los mismos Mártires, con el título de Fasciola.
Pancracio, de Frigia, de noble linaje, siendo niño de 14 años vino a Roma, en tiempo de los emperadores Diocleciano y Maximiano. Bautizado e instruido en la fe cristiana por el Pontífice romano, fue poco después hecho prisionero por causa de esta fe. Negándose a sacrificar a los ídolos, ofreció su cerviz al verdugo con fortaleza, consiguiendo así la corona del martirio. Octavila, sustrajo el cuerpo por la noche, le ungió con perfumes, y le sepultó en la vía Aurelia.
Oremos.
Te suplicamos, Señor, que la gloriosa solemnidad de tus santos Mártires Nereo, Aquileo, Domitila y Pancracio nos sea siempre provechosa, y nos haga dignos de tu santo servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. R. Amén.