jueves, 17 de marzo de 2022

Vía Crucis con textos de la Venerable Madre María Félix

 

Via Crucis con textos de la... by IGLESIA DEL SALVADOR DE TOL...

 

SANTO EJERICIO DEL VIA CRUCIS

CON PENSAMIENTOS DE LA VENERABLE MADRE MARÍA FÉLIX

 

Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos +

líbranos, Señor, Dios nuestro +.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.+ Amén

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.

 

I ESTACIÓN

JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Pilato les decía: “Pero, ¿qué mal ha hecho?”. Pero ellos gritaron con más fuerza: “¡Crucifícale!”. Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado. (Mc 15, 13-15)

 

“Ver a Jesús, Reparador de los hombres, verle Hombre según la voluntad del Padre Celestial. Deseos de verme semejante a Él. Amarle y preferirle sobre todos los seres creados. “He aquí vuestro Rey". Resuena en mi alma con dulzura infinita un “He aquí tu Rey”. Sentimientos de amor, de gratitud, de entrega, de servicio. Deseos de ser crucificada en vez de Él, o por lo menos con Él. No quiero más Rey que a Vos. Sellad mi corazón, mi voluntad y mi entendimiento. Quiero ser huerto cerrado para Vos solo. No quiero más Rey que a Vos. “Caiga su Sangre, la de Cristo, sobre nosotros y nuestros hijos”. “Derramaré sobre vosotros agua pura, y quedaréis limpios de todas vuestras manchas e idolatrías”. Sentimientos de amor y gratitud. Admiración de tanta bondad en el Señor. Deseos de quedar limpia y transformada y libre de la imaginación que me estorba en la oración. Petición de que la Sangre Redentora caiga sobre mí y mis obras". (Escritos de conciencia, 1950)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí.

 

II ESTACIÓN

JESÚS CARGA CON LA CRUZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y él cargando con su cruz,  salió  hacia  el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota. (Jn 19, 16-17)

 

"La Cruz seca que el Señor pone sobre nuestros hombros salva con Cristo, pero algún regalillo del Señor con regusto de mieles es una ayuda que agradecida y humildemente recibimos, sin soltar la Cruz y sin mengua de nuestro amor a ella.

Cristo nos enseña a recibirlo todo: la Cruz, las caídas, las incomprensiones y, a la par, la ayuda del Cirineo, la compasión de las buenas mujeres, el lienzo de la Verónica y, sobre todo, el amor y el consuelo de su Santísima Madre en el mismo Vía Crucis". (Carta a una religiosa, 16-4-1977)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

III ESTACIÓN

JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

¡Y con todo eran nuestras dolencias  las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cicatrices hemos sido curados.  (Is 53, 4 -5)

 

"Con compasión y amor le he acompañado al huerto de Getsemaní y he contemplado más dolor, más soledad, más abandono en mi amadísimo Jesús y he llorado porque también mis ojos han estado cargados de sueño como los de sus tres apóstoles y amándole le he dejado solo y, llevándome a la intimidad, no he sabido corresponderle y me he dormido. Empapa mi alma aquella oración de Jesús al Padre. Solo sé juntar mis lágrimas de amor y compasión a su Sangre. Y en medio de su inmenso dolor y agobio no se olvida de mí, y veo cómo se levanta de nuevo, con un corazón de padre, solícito de mi bien, lleno de mansedumbre, de abnegación, de olvido de sí mismo; y con gran amor cree en la sinceridad de mi entrega a Él y le oigo decirme “El espíritu está pronto”, pero me previene con inmensa dulzura y compasión con el recuerdo de pasadas experiencias: “La carne es flaca". Entrega, devoción y lágrimas". (Ejercicios Espirituales, 1963)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

IV ESTACIÓN

JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

¿ A quién te compararé? ¿ A quién te asemejaré, hija de Jerusalén? ¿Quién te podrá sanar y consolar, virgen, hija de Sión? Grande como el mar es tu quebranto: ¿quién te podrá curar? (Lam 2 , 13)

 

"Desde la 4.ª Estación acompañar a Jesús, al lado de la Santísima Virgen. Dolor de mis pecados. Dios en Cristo reconcilia al mundo consigo. He de seguir a mi Rey Eternal, sin estridencias, vida ordinaria, consciente de mi gran deuda para con Él, pero serena, como mi Madre Santísima, y con mucho dolor interno y muy abrazada a la Cruz y mucho amor a la Cruz por Cristo". (Ejercicios espirituales, 1942)

“Viernes Santo. Durante la lectura del Evangelio en los Santos Oficios conmovida por sufrimientos de Jesús. Me sentí mal de salud; me esforcé por estar de rodillas. Arrastrando el peso del cuerpo, el espíritu se debatía en sentimientos de confusión, de amor y de compasión a Jesús y a la Santísima Virgen. Acompañando la soledad de María me daba devoción decirle a Ella que ahí tenía a su Compañía, que venía a acompañarla como a su Madre y Reina". (Viernes Santo, 7-4-1944)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

V ESTACIÓN

SIMÓN DE CIRENE AYUDA A JESÚS  A LLEVAR LA CRUZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.  (Lc 23, 26)

 

La Cruz seca, que el Señor pone sobre nuestros hombros, salva con Cristo, pero algún regalillo del Señor con regusto de mieles es una ayuda que agradecida y humildemente recibimos, sin soltar la Cruz y sin mengua de nuestro amor a ella. Cristo nos enseña a recibirlo todo: la Cruz, las caídas, las incomprensiones y, a la par, la ayuda del Cirineo, la compasión de las buenas mujeres, el lienzo de la Verónica y, sobre todo, al amor y al consuelo de su Santísima Madre en el mismo Vía Crucis". (Carta a una religiosa, 16-4-1977)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

VI ESTACIÓN

LA VERÓNICA ENJUGA EL  ROSTRO DE JESÚS

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Oigo en mi corazón: “Buscad mi  rostro.” Tu rostro buscaré, Señor: No me escondas tu rostro. (Sal 27, 8-9)

 

"Yo quisiera, quiero por tu gracia, no disgustarte e impedir tu mayor gloria en todas las almas que nos tratan. Veo que he de ser fiel a Ti, amarte en los alientos de mi vida, me veo incoherente. Te amo y, como si no te amase, vivo ante lo bello. Pero toda belleza verdadera viene de Ti. Purifícame, que te vea en todo lo que me rodea. Sólo quiero verte en todo, amarte en todo, morir a todo para que vivas en mí y que te refleje sin que nadie me considere, por nada. Sólo tu gloria, tu reinado. Sólo Tú, mi Señor y mi Vida. Con mi Madre la Santísima Virgen, con mi Padre San Ignacio". (Escritos de conciencia, 1999)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

VII ESTACIÓN

JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él  no  abría su boca.  (Is 53, 7)

 

"Pasamos penas, ¿qué duda cabe?… Y penas bien amargas, pero veamos en ellas el elemento purificador de nuestras almas. Sin esta purificación, ¿qué sería de nosotras? Si somos pecadoras, las penas son una prueba evidentísima del amor de Dios; y si tuviésemos la gran suerte de ser inocentes, serían una gran prueba de su predilección, serían una gran distinción, porque nos asociarían a Cristo. Caeremos, pero si nos levantamos a cada caída y continuamos avanzando, llegaremos a la meta. Y Dios, que es nuestro Padre, curará nuestros rasguños y nuestras cicatrices de la caída con penas purificadoras y nosotras las hemos de recibir con verdadera  alegría.  V,  ¿quién  sabe? Tal  vez  algún día Dios Nuestro Señor, se dignará mostrarnos a su Divino Hijo, Salvador, Varón de dolores, y seremos nosotras las que pediremos penas y más penas para tener parte con Él". (Carta a la M. Carmen Aige, CS, 1951)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

VIII ESTACIÓN

JESÚS CONSUELA

A LAS MUJERES  DE JERUSALÉN

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían  y se  lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas,  dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis  por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!"  (Lc 23, 27- 29)

 

"Procure ser cada vez más fiel al Señor y más dócil y humilde, y el Señor la bendecirá plenamente y bendecirá todas sus intenciones. Medite muchas veces ante el Sagrario que la santidad consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y en imitar a Jesucristo por amor. Y Jesucristo fue el más humillado y el más menospreciado y el más atormentado de todos los seres humanos, y, no obstante, era el mejor, el más perfecto, el más digno de todos los seres. Y Jesucristo jamás protestó, nunca murmuró ni criticó, y a todos les hizo bien y a todos sonreía y a todos amaba y a todos servía y por todos dio su vida en la Cruz. Con mucha piedad pida a la Santísima Virgen que le alcance la más perfecta imitación de Jesucristo. Y si quiere imitarle mucho, ámele mucho". (Carta a una religiosa, 1958)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

IX ESTACIÓN

JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. ( 1 Pe 2 , 21b)

 

"Contemplo el alma dolorida, enérgica, tierna y misericordiosa de Jesús y me siento traspasada de compasión, de amor, de dolor. Y siento confusión y vergüenza de mis infidelidades, de mis errores, pero el sentimiento de íntima adhesión a Él me domina. Lo que yo hago, hacedlo vosotros. Él se humilla hasta lo sumo en lo que está en su mano, con humildad de servicio, de caridad, de sacrificio, de olvido de agravios, de mansedumbre y de misericordia, antes de entrar en su Pasión, antes de sufrir las terribles humillaciones que le inferirán los judíos, para enseñarme a mí a humillarme, a ser humilde, para prepararme a recibir dignamente el don de la humillación con el que he de engalanarme para asemejarme a Él, para agradarle". (Ejercicios Espirituales, 1963)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

X ESTACIÓN

JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes  a ver  a quién le toca.»  (Jn 19, 23-24)

 

"Sentía sed de Ti y no hacía nada o casi nada para saciarme en Ti. Me encontraba en la penumbra y suspiraba por Ti. Me entretenía en las criaturas y te hacía esperarme. ¡Espero en Ti!

¡Llámame otra vez de la tiniebla a la LUZ! Llámame a Ti y proclamaré tus hazañas. Confío en Ti, y en la intercesión de la Santísima Virgen, que me pondrás en pie y le seré fiel para siempre. Tú eres mi Todo. Átame y atráeme con tu fuerza; de mi parte renuncio para siempre a la mediocridad; no la quiero. Por Ti, que me amas, que me salvaste, que por mí moriste en la Cruz. Por Ti sólo, solamente por Ti. Te pido por todas las almas caídas en la mediocridad. Cúralas, que volvamos a ser tu pueblo adquirido por Ti para proclamar el poder de tu brazo y de tu misericordia venciendo en toda esta peste de la mediocridad. ¡Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas!" (Escritos de conciencia, 1982)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

XI ESTACIÓN

JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: “Padre, perdónales,  porque no saben lo que hacen”. (Lc 23, 33-34)

 

"En el Vía Crucis, en la onceava estación, ver cómo Jesús se preparó en su vida practicando la mansedumbre para llegar a la sobrecogedora mansedumbre de tenderse mansamente sobre la Cruz para ser clavado en ella. La mansedumbre no es una filigrana de la perfección. Jesús me grita que es necesario ser manso y humilde y yo no lo soy. Señor, Dios mío, Madre mía, haced que sea mansa y humilde de corazón". (Escritos de conciencia, 1961)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

XII ESTACIÓN

JESÚS MUERE EN LA CRUZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Cuando   tomó   Jesús   el   vinagre,   dijo: ' Todo está cumplido". E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del  otro  crucificado  con  él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.  (Jn 19, 30 -32)

 

"¡Créeme tú, pobre sedienta de tu TODO, tu Dios, y de Mí, tu Jesús! Llega la hora de que por la MISERICORDIA E INMENSO AMOR de mi Señor, muera a mí misma, de verdad, sin sombras. Llega la hora... ¿de la Cruz?... Tiemblo, pero te amo y me das amor a todas las almas, a mi Santa Iglesia, tu reinado, tu gloria, tu mayor gloria. Con mi Madre Santísima, con mi Santo Padre Ignacio. También con la intercesión de mis padres en la tierra, que ya gozan en Ti y de Ti en el cielo. ¡Cuánto me amas, mi Señor!

¡Cuánto me has amado! Sea conducto de tu amor en todas las almas. Conducto invisible en la tierra. Sólo Tú, Amor y Salvación. Todo en mí, a tu mayor gloria". (Escritos de conciencia, 1999)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

XIII ESTACIÓN

JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio  orden de  que se le entregase.  (Mt 27, 57-58)

 

"Muy movida, sobre todo en las últimas estaciones del Vía Crucis considerando que tanto dolor de Él es para reparar mis pecados del corazón. ¡Ah, Señor, perdonadme y continuad y perfeccionad en mí la obra que habéis comenzado! Madre mía dulcísima: Por el dolor y el amor con que abrazasteis a vuestro Santísimo Hijo muerto por mí, acoged en vuestros brazos a esta hija pecadora, viva por Él; y no me dejéis nunca, que sin Vos me perderé". (Ejercicios espirituales, 1953)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

XIV ESTACIÓN

JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO

 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

 

José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en  la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas f rente al sepulcro. (Mt, 27, 59 - 61)

 

"Siento dentro de mí que camino al Padre por cañadas oscuras. No veo nada, estoy sedienta de Dios y cuanto más entiendo por la fe que Tú vas conmigo, más sed tengo. Busco las fuentes de tu Corazón, mi Buen Pastor, herido de amor redentor. Redimida por Ti siento mis infidelidades, mis pobrezas, mis debilidades y beso tu vara, que me purifica para que quede grata a Ti. Tu vara es medicina de mi debilidad. Tu cayado es mi esperanza. Ambos son obras de amor tuyo hacia mí. Sólo en fe me sosiegan. Ando por cañadas oscuras. En lo más recóndito de mi alma creo en Ti, te amo, contigo, por Ti, nada me falta en medio de la oscuridad que vivo". (Escritos de conciencia, 1982)

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

R. Pequé, Señor, pequé.

V. Ten piedad y misericordia de mí

 

CONCLUSIÓN

Señor Jesús, tu camino de pasión y de gloria, el Vía Crucis, resume tu vida y nos desvela tu amor obediente al Padre hasta el final. Te suplicamos que, a los que contemplamos con devoción los misterios de tu Cruz, nos unas a tu sacrificio y nos hagas participar de la Redención y de la vida eterna que has prometido a los que te aman. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Por la persona e intenciones del Papa

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.