VÍA CRUCIS CON EL BEATO DIEGO DE LEÓN
CAMINO DE LA CRUZ
EN VERSO
OFRECIMIENTO
JESÚS, ¡qué consolación!
Tú me llamas amoroso,
Y yo vengo presuroso
Á contemplar tu pasión.
Quiero con gran devoción,
y gemidos continuados,
con dolor de mis pecados,
practicar las diligencias,
y ganar las indulgencias
por los vivos y finados.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí, que soy grande pecador.
En cada una de las estaciones conviene meditar un poco, y rezar al fin un Padre nuestro.
PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Pilatos ha sentenciado
al dulcísimo Jesús
a morir en una cruz.
¡Qué delito! ¡qué atentado!
¡Mi Jesús, mi bien amado!
¿Vas a morir por mi amor?
Y yo, sin ningún temor
os ofendo cada día.
Tened piedad, vida mía.
Perdonadme, mi Señor.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CARGADO CON LA CRUZ
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Oh mansísimo Cordero!
¡Qué grande inhumanidad
cargar a vuestra majestad
ese pesado madero!
¡Oh, mi amigo verdadero!
Dadme una dulce mirada,
dadme esa carga pesada.
Sí, Señor, yo la apetezco,
Porque sé que la merezco
por mi vida relajada.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ.
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Ay, Jesús, qué desconsuelo!
¡Qué paso tan doloroso!
Mirar vuestro rostro hermoso
pegado en el duro suelo.
Bajo un leño ¡santo cielo!
que oprime esa majestad,
por mi malicia y maldad,
por mis pecados sin cuento,
que lloro a cada momento.
Perdón, mi Jesús, piedad.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
CUARTA ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Oh terrible coyuntura!
Mi Jesús, mi dulce dueño.
Caminando con el leño,
encuentra a la Virgen pura,
que, anegada en amargura,
se halla casi sin aliento,
viendo el destrozo sangriento,
que mis culpas han causado
en todo un Dios humanado,
Perdón, Señor, me arrepiento.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
QUINTA ESTACIÓN
SIMÓN, EL CIRINEO, AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ.
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Mi Jesús, mi Dios amante!
¿Cuál sería tu agonía,
pues creyeron convenía
un Cireneo alquilarte?
Esta ayuda quieren darte,
no por rasgo de piedad,
sí por grande crueldad,
para que mueras clavado.
Yo soy, Señor, el culpado.
Perdón, Jesús de bondad.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
SEXTA ESTACIÓN
VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Oh mujer fuerte y dichosa,
que con esfuerzo у valor
te adelantas sin temor
a enjugar la frente hermosa De Jesús!
¡Acción preciosa!
¿Y yo, cobarde cristiano,
por un respeto mundano
el bien no me atrevo hacer.
Un mal fin puedo temer,
¡Ay de mí! Dios soberano.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Mirad, Ángeles del cielo,
a mi Jesus angustiado
y en extremo fatigado
segunda vez en el suelo.
Venid, prestadle consuelo,
dad la mano al Salvador;
pero no, dice el Señor.
No quiero alivios ni palmas,
sino sufrir por las almas,
porque soy su Redentor.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Hijas de Jerusalén,
yo agradezco vuestro llanto,
si detestáis, entre tanto,
vuestros pecados también.
No dejéis de hacer el bien,
porque día llegará
en que el pecador sabrá
de ésta, mi sangre el valor,
derramada por su amor.
¡Ay qué día aquel será!
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
NOVENA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Ay, mi Jesús afligido!
¡Ay, mi Jesús angustiado!
¡Ay, mi Jesús desangrado!
Ya tres veces has caído.
Por mi amor, Jesús querido,
queréis sufrir tantas penas,
para romper las cadenas
de mis culpas y pecados.
Dad a mis ojos culpados
lágrimas de dolor llenas.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
DÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Aquel que viste los cielos
de estrellas claras y hermosas,
que cría lirios у rosas
y diamantes en el suelo,
se ve en gran desconsuelo,
de gran vergüenza oprimido,
despojado del vestido
a vista de tanta gente.
¡Ay, mi Jesús inocente!
¡Cuánto os habré yo ofendido!
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Ay, qué tormento tan fiero
padecéis, Jesús amado,
de pies y manos clavado
a ese terrible madero!
¡Ay de mí! que soy de acero,
si no tengo gran dolor
al ver a mi Redentor
en tanto tormento y pena
por librarnos de la eterna.
Misericordia, Señor.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Ya el mejor sol se ha eclipsado,
ya las piedras se han partido,
ya el orbe se ha estremecido,
ya el hombre Dios ha expirado,
con dos ladrones al lado.
Llorad, niños, llorad hombres,
llorad, llorad pecadores,
que se oigan acá en el suelo,
y también, allá en el cielo,
vuestros continuos clamores.
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
JESÚS ES DESCENDIDO DE LA CRUZ Y PUESTO EN BRAZOS DE SU MADRE
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Hombre, llega presuroso
a contemplar a María,
puesta en mortal agonía
con el cadáver precioso
de Jesús en los brazos.
¡Oh, Hijo hermoso!
Yo te miro, destrozado,
todo herido y lastimado.
¡Qué pena! ¡qué compasión!
¡Qué amargura! ¡qué aflicción!
¡Oh, Jesús! ¡Oh, Hijo amado!
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
JESÚS ES SEPULTADO
Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos.
Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Dejemos las alegrías,
dejemos también el canto,
y acompañemos el llanto
de las piadosas Marías.
Vayamos todos los días
a ese sepulcro sagrado,
donde se halla sepultado
el cadáver más precioso,
¡Oh, mi Jesús amoroso!
¡A qué precio os he costado!
Señor, pequé.
Tened piedad y misericordia de mí y de todos los pecadores.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo!
Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la cruz.