COMENTARIO AL EVANGELIO
San Jerónimo
La blasfemia llamada irremisible no se refiere a los que, violentados por las torturas y con las entrañas desgarradas por toda calse de suplicios, negaron al Señor, sino a quienes a pesar de ver en los milagros la mano de Dios, sin embargo, vociferaban calumniosamente que son obra del demonio y que todos los signos que han hecho no tienen que ver con la magnificencia divina, sino con el diablo. De ahí, que el Salvador mismo, en su respuesta, orienta toda su argumentación a demostrar que Satanás no puede ser expulsado por Satanás y que su reino no puede estar dividido contra sí mismo. Y dado que todo el empeño del diablo consiste en dañar a la criatura de Dios, ¿cómo podría ser deseo suyo sanar a los enfermos y expulsarse a sí mismo de los posesos?