lunes, 12 de octubre de 2020

HERMANOS DEL SEÑOR POR AFECTO. San Jerónimo

COMENTARIO AL EVANGELIO

Nuestra Señora, la Virgen del Pilar

San Jerónimo

Se pueden encontrar innumerables casos del mismo tipo en los libros sagrados. Pero, para ser breve, retornaré a la última de las cuatro clases de hermanos, es decir aquellos que son hermanos por afecto, y nuevamente estos caen una de dos divisiones, aquellos de lo espiritual y aquellos de la relación general. Digo espiritual porque todos nosotros los cristianos nos llamamos hermanos, como en el verso “¡MIRAD cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos igualmente en uno! " [Salmo. 133:1]. Y en otro lugar: “ve a mis hermanos, y diles " [Juan 20:17]. También he dicho de relación general, ya que todos somos hijos de un Padre, existe una obligación de hermandad entre todos nosotros. “Día a aquellos que te odian,” dice el profeta, “que eres nuestro hermano” [Is. 66:5]. Y el apóstol escribiendo a los Corintios: “Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es a saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis " [1 Cor. 5:11].

"LOS HERMANOS DEL SEÑOR". Ahora yo pregunto, a que clase considera que los hermanos del Señor deben ser asignados. Estos son hermanos por naturaleza, dice usted. Pero la Escritura no dice esto; no los llama ni hijos de María, ni de José. ¿Deberíamos decir que son hermanos por raza? Pero es absurdo suponer que unos pocos judíos eran llamados Sus hermanos cuando todos los judíos de la época podrían haber llevado este título. ¿Eran hermanos por virtud de una intimidad muy cercana y la unión de corazón y mente? Si así fuera, ¿quienes eran verdaderamente más hermanos que los apóstoles que recibieron Su instrucción privada y fueron llamados por Él “mi madre y hermanos”? Nuevamente, si todos los hombres, como tales, son Sus hermanos, sería tonto entregar un mensaje especial “Te buscan tus hermanos,” ya que todos los hombres por igual merecen ese título. La única alternativa es adoptar la explicación previa y entender que eran llamados hermanos por virtud del lazo de parentesco, no de amor y simpatía, no por prerrogativa de raza, menos aún por naturaleza.