Obedientísimo
Padre San Pío de Pietrelcina. Tú, que has querido tanto a los enfermos; más que
a ti mismo porque en ellos vistes a Jesús. Tú, que en el nombre de Dios has
obrado Milagros de sanación en el cuerpo, en el alma, y en la mente, en el
presente, en el pasado y en el futuro de las personas; devolviendo esperanza de
vida y renovación del espíritu, y en la integridad total de las personas. Ruega
a Dios para que todos los enfermos; por intercesión de María Santísima, puedan
experimentar tu potente ayuda y a través de la sanación de su cuerpo encontrar
beneficios espirituales y agradecer para siempre a Dios.
PENSAMIENTO DEL P. PÍO. "Si yo sé que una persona
está afligida, sea en el alma o en el cuerpo, suplicaría a Dios para verla
libre de sus males. De buena gana yo tomaría todos sus sufrimientos para verla
salvada y cedería los frutos de tales sufrimientos en su favor".