Señor, no me prives de tus bienes celestiales, Señor
líbrame de los tormentos eternos. Señor, si he pecado de intención o
pensamiento, de palabra o acción, perdóname. Señor, redímeme de toda
ignorancia, olvido, cobardía y despiadada insensibilidad. Señor,
rescátame de toda tentación. Señor, ilumina mi corazón oscurecido por la
concupiscencia. Señor, siendo humano he pecado, pero Tú siendo el Dios
generoso, ten piedad de mí, conociendo la enfermedad de mi alma. Señor,
transmite tu gracia en mi ayuda, para que yo pueda alabar tu Santo
Nombre. Señor Jesucristo, inscribe a tu siervo en el Libro de la Vida, y
concédeme un buen fin. Oh Señor mi Dios, aun cuando no he hecho nada
bueno a tu vista, sin embargo concédeme tu Gracia para hacer un buen
comienzo. Señor, esparce en mi corazón el rocío de tu Gracia. Señor del
cielo y de la tierra, recuérda a tu pecaminoso servidor, ignominioso e
impuro, en tu Reino. Amén.
Señor, recíbeme en mi arrepentimiento. Señor
apártame de la tentación. Señor concédeme buenos pensamientos. Oh Señor,
dame lágrimas y recuerdo de la muerte y contrición. Señor, dame el
deseo de confesar mis pecados. Señor dame la humildad, la castidad y la
obediencia. Señor, dame la paciencia, la magnanimidad y mansedumbre.
Señor, introduce la raíz de todo bien en mi corazón, que es el temor
ante Ti. Oh Señor, hazme capaz de amarte con toda mi alma, mi
entendimiento y de cumplir en todo tu voluntad. Señor, protégeme de
cierta gente, demonios, pasiones y de toda cosa perniciosa. Oh Señor, Tú
sabes que Tú actúas como Tú quieres, que tu voluntad reine en mí,
pecador, pues Bendito eres Tú para siempre. Amén.