EL MÉDICO DE LAS ALMAS.
Dom Gueranger
Jueves de la III semana de Cuaresma
EL MÉDICO DE LAS ALMAS. — Admiremos la misericordia del Salvador que se digna emplear su poder en curar los cuerpos y sepamos que aun es mucho más solícito en curar las enfermedades del alma. Estamos dominados por la fiebre de las pasiones; él sólo puede calmarla. Imitemos por nuestra parte el celo de los habitantes de Galilea que ponen sus enfermos a los pies de Jesús; pidámosle que nos cure también a nosotros. Vemos qué afablemente recibe a todos estos desgraciados, salgamos a su encuentro. Instémosle que no se aleje y se quede para siempre con nosotros y se dignará quedarse. Oremos pollos pecadores; pasan los días de ayuno, ya entramos en la segunda mitad de Cuaresma y la Pascua de nuestra redención se acerca. Ved estas multitudes que no se conmueven, a estas almas cerradas a la luz que son impenetrables, estos corazones endurecidos, que nada les emociona, tantos cristianos que van a amontonar una desgracia más a su eterna reprobación. Ofrezcamos por ellos nuestras penitencias y pidamos a Jesús, por los méritos de su Pasión, que pronto se realizará, se digne hacer un último esfuerzo de misericordia y arranque al demonio estas almas por quienes va a derramar su sangre.