EL VERDADERO AMOR
Las almas que el Señor llega hasta aquí creo que
no se acuerdan más de sí que si no existieran, para calcular si perderán o
ganarán; sólo miran el servir y contentar al Señor, y porque saben el amor que
tiene a sus criados, gustan de dejar su sabor y bien, por contentarle en
servirlas y decirles las verdades lo mejor que pueden para que se aprovechen
sus almas, y sin pensar si perderán ellos; la ganancia de sus hermanos tienen
presente, no más. Por contentar más a Dios, se olvida a sí misma por ellos y
pierden la vida en la demanda, como hicieron muchos mártires, y envueltas sus
palabras en este tan subido amor de Dios, emborrachadas con aquel vino
celestial, no se acuerdan, y si se acuerdan, no se les da nada descontentar a
los hombres; éstos hacen mucho bien.