VELA CON CUIDADO
¡Oh, deleite mío, Señor de todo lo criado
y Dios mío! ¿Hasta cuándo esperaré ver vuestra presencia? (E 6).
Miserables son mis servicios aunque
hiciese muchos a mi Dios; pues ¿para qué tengo que estar en esta miserable
vida? Para que se haga la voluntad del Señor. ¿Qué mayor ganancia, alma mía?
Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado,
que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto, dudoso y el
tiempo breve, largo (E 15).